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Antonio Mora Plaza
Madrid, 17 de mayo de 2003
Sres. De la Administración del Patrimonio Nacional, de Sanidad y del Ayuntamiento de San Lorenzo del Escorial:
El 24 de agosto del 2003 escribí esta carta a Patrimonio Nacional, a Sanidad y al propio Ayuntamiento de San Lorenzo del Escorial:
“He estado muy recientemente en el Real Sitio de San Lorenzo del Escorial y me ha llamado la atención el estado de descuido y deterioro de los jardines del mismo y, especialmente, del estanque contiguo al Monasterio, donde 2 preciosos cisnes blancos nadan en una gigantesca charca de agua –a eso no me atrevo a llamarlo estanque-; agua que, según los lugareños, sólo se renueva cada ¡10 años! Al parecer había también allí 2 cisnes negros que murieron hace unos años, cosa que no es de extrañar dadas las circunstancias. ¿Cómo puede haber un estanque –mejor charca- con un agua tan sucia y negra porque no se renueva regularmente en un lugar tildado en su momento de la octava maravilla?. Si no hacen nada por los cisnes, háganlo al menos por el peligro sanitario –mejor dicho, contra la Sanidad- o por la imagen de España –léase turismo-(aunque reconozco que este último motivo me importa una higa). Gracias”.
Han pasado los meses y parece que han limpiado el agua –la misma- de la guarnición de porquerías que la adornaban. Pero a la denuncia anterior quisiera añadir la de que los sufridos cisnes carecen de caseta donde guarecerse de los fríos y nieves del invierno y de los rayos del otro lorenzo: el Sol. Ya sé que para muchos estos elegantes animales son como gallinas algo más estiradas y vestidas de blanco, pero a mí me repugna que se cuide más la piedra que lo vivo, aunque la piedra tenga sus merecimientos históricos. ¡Un poquito de piedad para los cisnes!
Gracias.
Antonio Mora Plaza
Madrid, 17 de mayo de 2003
Sres. De la Administración del Patrimonio Nacional, de Sanidad y del Ayuntamiento de San Lorenzo del Escorial:
El 24 de agosto del 2003 escribí esta carta a Patrimonio Nacional, a Sanidad y al propio Ayuntamiento de San Lorenzo del Escorial:
“He estado muy recientemente en el Real Sitio de San Lorenzo del Escorial y me ha llamado la atención el estado de descuido y deterioro de los jardines del mismo y, especialmente, del estanque contiguo al Monasterio, donde 2 preciosos cisnes blancos nadan en una gigantesca charca de agua –a eso no me atrevo a llamarlo estanque-; agua que, según los lugareños, sólo se renueva cada ¡10 años! Al parecer había también allí 2 cisnes negros que murieron hace unos años, cosa que no es de extrañar dadas las circunstancias. ¿Cómo puede haber un estanque –mejor charca- con un agua tan sucia y negra porque no se renueva regularmente en un lugar tildado en su momento de la octava maravilla?. Si no hacen nada por los cisnes, háganlo al menos por el peligro sanitario –mejor dicho, contra la Sanidad- o por la imagen de España –léase turismo-(aunque reconozco que este último motivo me importa una higa). Gracias”.
Han pasado los meses y parece que han limpiado el agua –la misma- de la guarnición de porquerías que la adornaban. Pero a la denuncia anterior quisiera añadir la de que los sufridos cisnes carecen de caseta donde guarecerse de los fríos y nieves del invierno y de los rayos del otro lorenzo: el Sol. Ya sé que para muchos estos elegantes animales son como gallinas algo más estiradas y vestidas de blanco, pero a mí me repugna que se cuide más la piedra que lo vivo, aunque la piedra tenga sus merecimientos históricos. ¡Un poquito de piedad para los cisnes!
Gracias.
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