27 jun 2010

Principios de una Banca Pública en una economía financiera privada

Antonio Mora Plaza

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En la historia de las crisis siempre aparece un denominador común: la crisis se generaliza independientemente de que haya surgido en un sector u otro cuando llega al sistema financiero. Y cuando llega, el sistema financiero tiende a contraer el crédito y de la crisis sectorial pasamos a la recesión[1]. El sistema financiero es el aceite que lubrica el motor de la economía y cuando se deteriora o escasea, el motor se ralentiza. Eso es lo que está ocurriendo actualmente. Desde lo público se ha salvado el cierre de bancos -tal como ocurría en los años 30-, pero los bancos y el sistema financiero han restringido el crédito mirando sus cuentas de resultados. A veces se critica a este comportamiento desde un punto de vista ético y se le tilda con todo tipo de adjetivos, desagradables, por un lado, y merecidos, por otro. No seguiré por ahí porque en efecto, tales comportamientos merecen al menos el adjetivo de repugnantes, sobre todo si a continuación los beneficiarios de estas ayudas -con créditos blandos, con recursos privilegiados del Banco Emisor, por ejemplo- pretenden dar lecciones a los poderes públicos sobre como debieran ser los déficits y como atajarlos, aunque callen avergonzados -o quizá sin vergüenza- que estos déficits se han producido, en gran medida, por esas ayudas. Sin embargo, desde el punto de vista económico, desde el punto de vista de los comportamientos económicos, desde el punto de vista de la necesidad de la intervención pública, de nada sirven las críticas desde la ética... desgraciadamente. Además, considero que esta crítica es ingenua y blanda, porque si el problema estuviera en el campo de la ética, quizá con leyes que pusieran a disposición de los poderes públicos el nombramiento de los presidentes y directores generales de las principales entidades del crédito podría tener la cosa un principio de solución. No será fácil desde el punto de vista de la lucha de clases, porque se necesitaría una correlación de fuerzas fácticas, parlamentarias, civiles, sindicales, etc., muy favorables, pero al menos se atisbaría esa solución.

El problema hay que verlo como el caso contrario al principio smithiano[2] de que buscando el interés particular se consigue el general. Está claro que en las recesiones y crisis, cuando el sistema financiero mira su cuenta de resultados -cosa que no puede evitar- entra en contradicción los intereses de bancos, cajas, etc., y el interés general. Veamos cómo se puede plantear la cuestión. Se trata esta de cómo establecer desde lo público unos principios de comportamiento de esa hipotética banca pública en medio de una economía de mercado y conviviendo con el resto del sector financiero... privado. No hay experiencia histórica de una banca pública en medio de una economía de mercado... privada. Quizá lo más parecido sea la Banca de los Pobres, pero su fin es otro. En los países de capitalismo de estado como fue el de la extinta URSS, la banca pública fue un monopolio del Estado, con lo que como ejemplo no nos vale; en la actual China, conviven banca privada -sobre todo extranjera- con el Banco Popular Chino[3], pero este es un banco dominante en el sector. Ha habido nacionalizaciones de bancos en momentos concretos, pero enseguida han vuelto al sector privado o se han comportado como si fueran privados en la valoración del riesgo y el crédito. Es el caso de los bancos públicos españoles del pasado, como el del crédito hipotecario, crédito agrícola, industrial, local. En cuanto a las cajas de ahorro actuales, su comportamiento está regido bajo la lógica de lo privado en lo referente también a la valoración del riesgo y la concesión del crédito, por más que participen comunidades, partidos y sindicatos en su estrategia y en sus órganos de dirección, y por importante que sea su obra social. Si esto es así y a falta de experiencias[4] exitosas en el pasado de una banca pública conviviendo con una banca -en general, sistema financiero- privada que, además, es mayoritaria, estos serían los principios por los que -en mi opinión- debiera regirse una Banca Pública en una economía financiera privada mayoritaria:

1) Una Banca Pública en una economía donde el sistema financiero privado fuera mayoritario en el conjunto del crédito tendría como misión -casi en exclusiva- hacer una política crediticia anticíclica y anticrisis, de tal manera que el saldo crediticio total -el saldo vivo- de todo el sistema financiero -el privado más el público- siguiera una senda de crecimiento acorde con el crecimiento del PIB o, al menos, que el saldo vivo del crédito total de un año no fuera inferior al del año anterior. Para este fin no es necesario un gran tamaño de esta Banca Pública, pero sí el suficiente número de agencias y sucursales como para que cubriera la demanda insatisfecha por el sistema financiero privado y que llegara a todos los ciudadanos.

2) Esta Banca Pública sólo tendría como misión la captación de recursos y concesión de créditos y avales; carecería de cualquier otro servicio que no fuera imprescindible para los anteriores fines. Con ello, los costes generales unitarios serían inferiores que en el resto del sistema privado que prestan otros servicios (de divisas, derivados, operaciones con el exterior, etc.).

3) No importaría que el tamaño de esta Banca Pública fuera inferior al resto del sistema financiero, porque a través del interbancario podría captar recursos rápidamente en momentos determinados para la concesión de créditos con el fin de cumplir su único objetivo: compensar la falta de crédito del sector privado.

4) En los períodos altos del ciclo en los que el sistema financiero tiende a expansionar el crédito por encima del crecimiento de la economía real, esta hipotética banca pública se mostraría más remisa en la concesión del crédito, más exigente con el riesgo, de tal forma que la suma del saldo vivo del crédito de lo público y lo privado no sobrepasaría las necesidades de la economía real; por contra, en los momentos bajos del ciclo y en las crisis, la bajada del crédito privado sería compensado por un aumento notable del crédito de esta banca pública con reforzamiento de los recursos a través del interbancario.

5) Este comportamiento provocaría necesariamente un aumento marginal de la morosidad y la incobrabilidad en estos períodos de crisis, con el subsiguiente aumento de los costes marginales. Pues bien, estos costes en exclusiva, es decir, los derivados del aumento marginal por un comportamiento cuyo fin son los intereses generales del país -y que se reflejarían necesariamente en la cuenta de resultados de esta banca pública-, serían financiados por el resto del sistema financiero privado.

6) Esta financiación vendría de un fondo cuyas aportaciones serían inversamente proporcionales al saldo vivo de canda entidad financiera privada, de tal forma que la empresa crediticia que menos se retrajera en la concesión de crédito en los momentos de crisis se vería recompensada con una menor aportación a ese fondo.

En España, esta estructura bancaria no sería difícil de crear. Tenemos el ICO, Correos y las Cajas de Ahorro. Con sólo una parte de ellas sería suficiente para tener tentáculos -agencias y sucursales- que llegaran a toda la población.

No existen dificultades técnicas sino políticas; también que la izquierda y los sindicatos fueran capaces de intelectualizar una propuesta de este tipo u otras parecidas. Creo que tanto la una como los otros están huérfanos de gente que sea capaz de presentar propuestas alternativas[5] concretas, pero que sean posibles, coherentes, con racionalidad económica para que la lógica del mercado no se las lleve por delante. Se ha de huir de cartas a los Reyes Magos, de propuestas que dependan para su implantación de la buena voluntad de los enemigos de una sociedad más justa. Estos -el neoliberalismo, la socialdemocracia meramente gestionadora del capitalismo, los poderes fácticos del crédito y de la inversión financiera- están también en la encrucijada, porque se han quedado sin justificación dado que su modelo intelectual y los hechos nos han llevado a la situación actual. Lo que hace falta es que los restos del naufragio no se lleven también a la izquierda. Para ello no es suficiente con la denuncia de la injusticia social y la repugnancia moral que nos merecen los defensores del desastre; hay que pasar al ataque intelectual primero, con propuestas creíbles, plausibles y necesarias, y luego a la lucha por su implantación. Todavía no estamos en la primera fase porque lo que proponen hasta ahora los sindicatos y la izquierda a la izquierda del PSOE son meras cartas a los Reyes Magos, y estos ya sabemos que son los padres.

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Madrid, 26 de junio de 2010.



[1] En el modelo Minsky que recoge Charles P. Kindleberger en Manias, Panics and Crashes, se dice que: “El auge se nutre de la expansión del crédito bancario, que amplia la oferta monetaria total”, para pasar luego “al desplazamiento, sobrenegociación, expansión monetaria, revulsión y des-crédito”.

[2] Todo el análisis económico está viciado de este principio, y no digamos el neoliberalismo como ideología que se asienta sobre el mismo. Al menos el análisis económico ha teorizado en contra de ello con las externalidades, bienes públicos, información asimétrica, costes decrecientes, etc.

[3] Que es el banco emisor de la República Popular China.

[4] Cuando no hay una experiencia anterior y queremos llevar a cabo una misión intelectual, nos dice Kant lo siguiente: “Aquellos principios que deben ser válidos universal y necesariamente no pueden ser deducidos de la experiencia, sino de la razón pura”, Lecciones de Ética, Editorial Crítica, pág. 51. De ahí la necesidad de intelectualizar la hipótesis de -en este caso concreto- de una Banca Pública a partir de unos principios. La experiencia subsiguiente nos dirá si esos principios eran acertados y si han sido aplicados como estaban previstos sobre el papel. En cambio hay que desconfiar de las supuestas mejoras de la regulación bancaria porque se ha demostrado en el caso español de que, a pesar de una buena regulación, no ha servido para que bancos, cajas y resto del sistema crediticio no restrinjan el crédito y avales cuando más se necesita. Aquí no hay principios que valgan.

[5] Veamos un ejemplo de esa debilidad intelectual de los sindicatos. En un artículo titulado “Las medidas para afrontar la crisis deben salir del diálogo social” de Fernando Lezcano, Secretario Confederal de Comunicación. Portavoz. Coordinador de Órganos de Dirección, nos dice en la Gaceta Sindical n. 8 de junio del 2009 en el punto de “Propuestas de actuación”: “Hay que hacer lo posible para reanimar la actividad económica de manera que se pare la sangría de puestos de trabajo. En tercer lugar hay que revisar el funcionamiento de nuestro sistema financiero para que el crédito fluya a las familias y a las pequeñas y medianas empresas”. Y ahí se queda. Sin comentarios. En internet: http://www.ccoo.es/comunes/temp/recursos/1/203856.pdf

24 jun 2010

Currículum Antonio Mora Plaza

CURRICULUM VITAE de ANTONIO MORA PLAZA

C/García de Paredes, 33 – 5º Ctro. Izda., 28010 Madrid, España

Tfnos.: 91-593.10.08 y 616.141.276

DNI: 2186480P

Correo: antonioamoraplaza@hotmail.com

- Soy economista, licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense de Madrid (análisis económico y economía cuantitativa)

nº de registro nacional de títulos 1992094689

- He trabajado durante 28 años en la actual BNP Paribas (antigua Banca López Quesada)

- He sido miembro de las comisiones de Seguimiento y Control de las mutuas FRATERNIDAD-Muprespa y de FREMAP.

- Miembro también de la Comisión de Prestaciones Especiales de FRATERNIDAD.

- Secretario de Seguridad y Salud en BNP-Paribas, S.A.

- He trabajado para el Gabinete técnico de CC.OO.- Madrid en temas de expediente de crisis.

- Colaborador de la Fundación Sindical de Estudios de CC.OO. de Madrid.

(http://www.fundacionsindicaldeestudios.org/artavan-bin/QuorumEC/init)

- Actualmente articulista de la revista digital “Nueva Tribuna”.

(www.nuevatribuna.es)

- artículos y trabajos publicados de economía:

- Siniestralidad y temporalidad

Para el Consejo Económico y Social de Madrid, año 2002.

- Mercado de trabajo e intermediación laboral

Trabajo realizado para la Fundación Sindical de Estudios, de CC.OO. de Madrid, 18.11.2004

-“El legado económico del partido popular: una bomba de relojería a medio plazo

(www.leidoen.com/html/horoscopo.html), abril del 2004

- “La economía del Sr. Bush: un callejón sin salida

(www.leidoen.com/html/horoscopo.html), publicado el 29.11.2004

-Accidentes laborales, una visión heterodoxa

Por Antonio Mora y Ángel Cárcoba, publicado en el diario EL PAÍS el 29-8-2005. (www.elpais.com/articuloCompleto/economia/Accidentes/laborales/vision/heterodxa/elpepieco/20050829elpepieco_4/Tes/)

- Siniestralidad en España, crecimiento y cambio ocupacional

Publicado en la revista “La Mutua” de la mutua Fraternidad-Muprespa, en abril 2006; publicado también en la Universidad de Málaga en su página web (eumed.net / Contribuciones a la Economía).

(www.eumed.net/ce//2006/amp-0604.htm)

(www.fraternidad.es/descargas/FM-REVLM-12-2_71_Accidentalidad_en_Espana_desde_la_ley_de_prevencion%20.pdf)

- Accidentalidad en España: una visión heterodoxa

Publicado en la “Fundación Sindical de Estudios” de CC.OO. de Madrid, en el Observatorio Sociolaboral, nº 41, marzo 2006.

(http://www.fundacionsindicaldeestudios.org/artavan-bin/QuorumEC/init)

(www.fct.ccoo.es/salud_laboral_docs/accidentalidad_vision.pdf)

- ¿Se puede construir un sistema público de salud con bienes económicos?: 7 punto críticos

Publicado en la “Revista de Administración Sanitaria siglo XXI” en enero/marzo 2007, vol. 5, nº. 1; en la revista “Salud 2000”, en junio 2006, n. 107; en la pág. web de la Universidad de Málaga (eumed.net / Contribuciones a la Economía, marzo 2006); y en la web “econpapers”, de la Orebro University (EE.UU.).

(www.eumed.net/ce/2006/amp.htm)

(www.administracionsanitaria.com/revista_RAS.php)

(http://econpapers.repec.org/article/ervcontri/)

- Déficit o Superávit: un falso debate ideológico

Publicado en la pág. web de la Universidad de Málaga (eumed.net / Contribuciones a la Economía, marzo 2007).

(www.eumed.net/ce/2007b/amp.htm)

- Genéricos y no genéricos: análisis microeconómico y propuesta de solución al dilema

Publicado en la pág. web de la Universidad de Málaga (eumed.net / Contribuciones a la Economía, mayo 2007).

(www.eumed.net/ce/2007b/amp-genericos.htm)

- Salario Social y Salario Nominal

Publicado en la pág. web de la Universidad de Málaga (eumed.net / Contribuciones a la Economía, mayo 2007); también en la página web de la Fundación Sindical de Estudios de CC.OO. de Madrid, Observatorio Sociolaboral, nº 55, mayo 2007.

(www.eumed.net/ce/2007b/amp-salario.htm)

(www.fundacionsindicaldeestudios.org/artavan-bin/QuorumEC/init)

- Salarios, productividad y mercado de trabajo. Algunas propuestas para el caso español

Publicado en la pág. web de la Universidad de Málaga (eumed.net / Contribuciones a la Economía, junio 2007); también en la página web de la Fundación Sindical de Estudios de CC.OO. de Madrid, Observatorio Sociolaboral, nº 59, septiembre 2007.

(www.eumed.net/ce/2007b/amp-0706.htm)

(www.fundacionsindicaldeestudios.org/artavan-bin/QuorumEC/init)

- Función de producción, producción conjunta y salarios

(revisión crítica del paradigma de la productividad)

Publicado en la pág. web de la Universidad de Málaga (eumed.net / Contribuciones a la Economía, julio 2007)

(www.eumed.net/ce/2007b/amp-0707.htm)

y en “Nómadas”, n. 24, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas

de la Universidad Complutense de Madrid

(http://www.ucm.es/info/nomadas/24/index.html)

Universia.

(http://biblioteca.universia.net/html_bura/vernivel/params/nivel/5304.07/start/240.html)

- “¿Y si Cantor estuviera equivocado?

Publicado en la pág. Web de la Universidad de Málaga (eumed.net / Contribuciones a la Economía, agosto 2007)

(www.eumed.net/ce/2007b/amp-cantor.htm)

- Aspectos de la economía de Sraffa

Publicado en la pág. Web de la Universidad de Málaga (eumed.net / Contribuciones a la Economía, 12 de septiembre de 2007)

(www.eumed.net/ce/2007c/amp.htm)

Publicado en Nómadas ( Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas de la Universidad Complutense de Madrid, nº de Julio-Diciembre de 2009)

(http://www.ucm.es/info/nomadas/23/index.html)

(http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/181/18111418012.pdf

- Notas sobre el teorema fundamental marxiano

Publicado en la pág. web de la Universidad de Málaga (eumed.net / Contribuciones a la Economía, octubre 2009)

(http://www.eumed.net/ce/2009b/amp.htm)

- Acerca del problema de la transformación de valores a precios

Publicado en la pág. web de la Universidad de Málaga (eumed.net / Contribuciones a la Economía, noviembre 2009)

(http://www.eumed.net/ce/2009b/amp2.htm)

Publicado en la revista “Nómadas” de la U. Complutense de Madrid

(http://www.ucm.es/info/nomadas/25/antoniomora.pdf)

- Notas de la producción conjunta a partir de Sraffa (I, II y III parte)

Publicado en la pág. web de la Universidad de Málaga (eumed.net / Contribuciones a la Economía, noviembre y enero 2009)

(http://www.eumed.net/ce/2009b/amp3.htm) y

(http://www.eumed.net/ce/2010a/amp.htm)

(http://www.eumed.net/ce/2010a/amp2.htm)

Publicado en la revista “Nómadas” de la U. Complutense de Madrid

(http://www.ucm.es/info/nomadas/25/antoniomora2.pdf)

- Conjunto de artículos publicados en la pág. web de “Nueva Tribuna”

(http://www.nuevatribuna.es/noticias_firmante.asp?firmante_id=72)

Recogidos también en forma de libro físico y en descarga a libro electrónico y bajo el título “Escritos económicos desde la izquierda

(https://www.bubok.es/tienda/Ciencias-sociales-y-empresa/Economia-general)

- literatura:

- Historia del beduino

micro-relato publicado en el diario “El País” el 5.8.2009

- La biblioteca de mi abuelo Berto

Éride Ediciones, S.L.

Publicado en febrero de 2009 en formato de libro clásico

Como e-book en LUARNA

(http://www.mscomunicacion.es/index.asp?pagina=prensa-virtual&c=13&subpagina=284)

Como e-book en El Corte Inglés

(http://ebooks.elcorteingles.es/LA-BIBLIOTECA-DE-MI-ABUELO-BERTO-ebooks-9788492684304.html)

En “lalibrería de la U.com”

(http://www.lalibreriadelau.com/catalog/product_info.php/manufacturers_id/430/products_id/26005?sid=9d926260910b28c62a55b5c86e273aea)

En “Todo e-book”

(http://www.todoebook.com/LA-BIBLIOTECA-DE-MI-ABUELO-BERTO-ANTONIO-MORA-PLAZA-LUARNA-EDICIONES-SL-ebook-9788492684304.html)

23 jun 2010

El Retrato

Antonio Mora Plaza

A un año de la muerte de mi abuelo encontré en la biblioteca una carta firmada por un tal Leonardo y dirigida a una tal Dorila que ahora transcribo. Si lo hago es por dos cosas que me resultaron sorprendentes. La primera, porque la carta era bella, una bella carta de amor, pero no del estilo de mi abuelo, que era siempre sobrio en la expresión y parco en el contenido. Ciertamente no era mi abuelo Berto dado a expresar sus emociones, aunque decía mi abuela Francisca que las tenía y que su mal humor venía del hecho que no pudiera ocultarlas tanto como él quisiera. Pero quien haya conocido a mi abuelo tengo que decir que su mal humor era tierno, pasajero y perdonable. La otra sorpresa o rareza es la de que dicha carta la guardaba en un libro de taxidermia, afición extraña a mi abuelo, porque su amor a los animales le impedía un entretenimiento tan perverso a sus ojos. No me dijo tal cosa nunca, pero apuesto un brazo a que no me equivoco. Sin más dilación veamos la carta. Decía así:

Fue verte y ya nada es igual. El mío corazón me duele y mi mente no descansa. Voy y vengo sin saber dónde y para qué. Desearía esculpirte si ahora mis brazos me lo permitieran; acariciarte si mis manos no estuvieran tan envejecidas, tan arrugadas y callosas; contemplarte sin molestarte; olerte sin turbarte; enamorarte si mi juventud no la viera en lontananza. Desearía tantas cosas, pero, al menos, dejadme pintaros. No necesito que poséis para mí porque aún conservo la mía memoria y la mía imaginación: sólo pido vuestro consentimiento”.

León Pray era el autor del libro donde estaba guardada la carta. Más extrañezas: en el envés de la carta había un escrito de un tal Pietro Bartolomé que decía lo siguiente:

Me dirijo a vuestra persona y en nombre de vuestra fama ruego y es mi deseo que os alejéis de mi hermana. Nuestra familia no es digna de la vuestra o de la suya, si así gustáis. Nada me resultaría tan insufrible que ver a su vez el sufrimiento de mi hermana. Hemos perdido a nuestros padres de una manera que no puedo relatar. He sabido que estáis de paso aquí en Toledo porque sois invitado del rey Francisco I de Francia. Ruego no sembréis lo que no podréis cosechar. Aún no sé si habéis retratado a mi hermana o si lo haréis en el futuro porque sé que lo podéis hacer de memoria. Ruego de nuevo que abandonéis esa intención. Nuestra ascendencia y la muerte de nuestros padres nos obliga a pasar desapercibidos, y nada peor que un retrato para este fin. Feliz estancia en tierras galas y no echéis en saco roto mis ruegos”.

El texto no tenía destinatario, pero el lector ya lo habrá adivinado. La historia parecía clara e incluso se puede adivinar por la época en que está fechada la carta (año 1500). Sin embargo la cosa se complicó porque en el mismo libro de León Pray encontré este texto de puño y letra de mi abuelo:

“En el año de 1500 se encontró un moribundo en las calles de Toledo, muy cerca del Arco de la Herradura, del que no se pudo saber su nombre, pero que ya agonizando dijo estas palabras a los que le atendieron en ese postrer momento:

- Para saber donde está Dorila, penetrar en el cuadro.

Todos quedaron extrañados. Bueno, todos no, porque un joven que por allí pasaba lo oyó y dijo casi involuntariamente:

- Yo sé dónde está ese cuadro.

Todos le miraron extrañados y curiosos, y el joven, que se vio rodeado por los viandantes porque creían ya muerto al agonizante, no tuvo más remedio que señalar a un anticuario que tenía su negocio en los Cigarrales. Entonces ocurrió que, quizá llevados por la curiosidad, parte de los que allí estaban se fueron con el joven a casa del supuesto anticuario donde estaba el supuesto cuadro y parte de ellos se quedaron acompañando al ya fenecido esperando la llegada del juez y de los alguaciles. Llegó la pequeña comitiva a casa del anticuario. La casa estaba vacía y la puerta abierta. Entraron y a todos les sorprendió que no encontraran nada que fuera antiguo y valioso, cosas tales como cuadros, enseres, mesas de maderas nobles trabajadas, sillas de cuero repujado, balconadas de hierro forjado, pequeños bajorrelieves, lámparas de bronce, etc. Nada de eso. Sin embargo, sí había muchos pájaros que parecían vivos y no sólo por los vivos colores de que estaban dotados sus plumas; había también un zorro y varios gatos con tales posturas y ojos tan brillantes que parecían prestos a saltar sobre cualquiera que osara sostener sus miradas. Desanimados por no encontrar nada, habían decidido volver cuando por casualidad vieron medio oculto un enorme mueble en forma de paralelepípedo de casi dos metros de alto y de un metro de ancho y de profundo. Diéronle la vuelta y pudieron contemplar un bellísimo cuadro de una mujer en el que podía leerse: “Para Dorila de Leonardo”. No sabiendo que hacer con aquello y teniendo en cuenta que su peso era tal que no podían trasladarlo, decidieron volver la comitiva al lugar donde hubieron encontrado al moribundo. Fueron, pero no hubo nada. Normalmente todo habría acabado así si no fuera porque Toledo era a comienzos del siglo XVI una ciudad pequeña a pesar de su grandeza como capital del Reino Visigodo, estancia de los Reyes Católicos y futura ciudad imperial de nuevo con Carlos I. El caso es que uno de los que acompañaron al joven que les dirigió a casa del anticuario conocía o suponía conocer a la joven retratada en el cuadro y se dijo: “No pierdo nada con ir a ver a Pietro Bartolomé que tiene una hermana llamada Dorila y que, a pesar de que la he visto sólo una vez casi de soslayo, se me hace que es la retratada en casa del anticuario”. Eso hizo, pero el hermano de Dorila estaba desecho y ensimismado y apenas se oía su voz:

- Os agradezco vuestro interés, pero mi hermana hace ya una semana que nos falta. Desapareció sin dejar una carta, algo que indicara dónde ha ido. Nada. Me temo lo peor porque esta ciudad se ha vuelto muy peligrosa con tanta gente extraña entrando y saliendo de ella.

Entonces le contó el solícito y curioso viandante todo lo que había visto: las palabras del moribundo, el cuadro encontrado en casa del anticuario y el parecido de su hermana con la retratada. Pero el hermano sorprendió a su interlocutor con lo siguiente:

- Un retrato, por mucho que se parezca a Dorila, no es Dorila ni puede dármela. Era -y espero que aún lo sea- tal la hermosura de mi hermana que muchos pintores podrían, al verla, aunque fuera por un instante, pintarla de memoria. Todo os lo agradezco, pero dejemos el cuadro a su autor y dejadme a mí seguir la búsqueda de mi hermana”.

La carta de mi abuelo sigue, pero quiero señalar que era evidente que el hermano de Dorila no quería seguir la conversación y todo le resultaba inoportuno acerca del cuadro porque él sabía el nombre y la persona autora del mismo por la carta de Leonardo a Dorila. Sigamos con mi abuelo y su escrito:

“Pero a Juan de Ávila, que así se llamaba el curioso testigo, le picaba la curiosidad como un sabañón y no pudo evitar volver a la casa del anticuario. Abrió la puerta, entró en la casa y de nuevo vio el cuadro. Acercó como pudo el mueble donde estaba como empotrado hasta una ventana y pudo contemplarlo de nuevo. Juan de Ávila era ya un famoso pintor y por eso se quedó tan sorprendido con lo que vio. Todo era tan realista. Se acercó al rostro de la joven pintada y no podía distinguir las pinceladas del óleo: ¡no tenía capas de pintura! Las cejas parecían insinuadas más que dibujadas; la nariz perfecta, aunque algo alargada; la boca con un sonrisa extraña, ampliada por unas comisuras que no le restaba belleza sino todo lo contrario; la frente despejada; las mejillas algo coloreadas pero sin desentonar de la palidez general del rostro; los mofletes y barbillas pronunciadas, pero con gracia; el pelo liso, pero enroscado a la altura de los hombros. Y los ojos, que he dejado para lo último, eran de belleza contenida, negros como el azabache, con un tercio de ellos ocultados por unos párpados perfectos. Ni una sola arruga. Entonces, llevado por la curiosidad, deslizó el pintor su dedo corazón por el cuadro y encontró lo más sorprendente, incluso para un pintor de profesión como él, y se dijo: “Es como si fuera un bajorrelieve”. Miró en su derredor y no vio ningún cuadro, cosa que ya sabía de su anterior visita, y aún así le extrañó. Registró todo la casa del supuesto anticuario buscando pinceles, paletas, restos de óleo, telas, bastidores, etc., y sólo encontró dos cosas que le resultaron extrañas, al menos extrañas para su oficio: varios cuchillos muy afilados y varios saquitos de sal. ¿Cómo había llegado esa pintura engastada en ese pesado mueble hasta allí? Y de pintarse allí mismo, ¿cómo es que no había rastros de pintura ni útiles propios de ese oficio? Decidió irse porque ya no encontraba nada que no hubiera visto. No entendía nada. Había decidido avisar a las autoridades para fueran a recoger aquel cuadro -y ello porque el hermano de la supuesta retratada no quería saber nada de aquello- cuando le vino a la mente las palabras del moribundo y que hasta ese momento las había tomado como metáfora: “Para saber donde está Dorila, penetrar en el cuadro”. Eso le hizo volver sobre sus pasos, tomó el cuchillo afilado y pinchó la garganta de la retratada. Se quedó horrorizado: cuando retiró el cuchillo del cuadro se deslizaron unas gotas de sangre”.

Ya puede imaginarse el lector la peculariedad del supuesto cuadro y lo que contenía el extraño paralelepípedo que lo sujetaba a modo de bastidor. Ahora todo cuadraba: la desaparición de Dorila, la estancia de Leonardo en Toledo, la sal y los cuchillos afilados que eran -y son aún- útiles de la taxidermia, el mueble donde estaba encajado el supuesto cuadro y las gotas de sangre. Pasó el tiempo. Nunca apareció el cadáver de Dorila, la casa del anticuario se quemó extrañamente y sus restos dejaron dos cadáveres, uno de varón y otro de mujer, aunque irreconocibles para más indagaciones; además, del supuesto anticuario nunca se supo de su existencia. Dice la leyenda que el autor de todo esto era el gran Leonardo da Vinci, que estuvo en España antes de viajar a Francia y que la retratada se convirtió en uno de los cuadros más famosos de todos los tiempos: La Gioconda. Eso dicen, pero ya se sabe lo que pasa con las leyendas: que en parte son verdad y en parte son mentira.

Madrid, 22 de junio de 2010

21 jun 2010

El impuesto sobre las transacciones y sus dificultades

Antonio Mora Plaza

Parece claro que resucitar intelectualmente un “impuesto sobre las transacciones financieras” es más un producto de la mala conciencia de Bruselas, de Sarkozy, de la Merkel y por el efecto demostración de Obama, que un deseo real de combatir la especulación y el poderío de “los mercados financieros” sobre la democracia que ha llevado al estado de impotencia actual de los poderes públicos europeos. Aún así, bienvenida sea la discusión y más aún su implementación en el plazo más breve posible, aunque yo no acabe de creérmelo. Decía el otro día -el 18 de junio- el presidente de la Comisión, el Sr. Barroso, que para entrar en una etapa de crecimiento era imprescindible acabar con los déficits. No se puede ser más cretino e ignorante. No hay evidencia empírica ni teoría que demuestre que esa afirmación es cierta, al menos a corto. Ni Alemania ni Japón han salido de una década larga de estancamiento a pesar de los bajos tipos de interés practicados desde las crisis de las tecnológicas (años 2000) y, por tanto, del bajo coste de financiación de su deuda pública, y a pesar de sus bajos déficits. Hay que decir que combatiendo el déficit, es decir, reduciendo bruscamente el gasto público, caeteris paribus, se contribuye negativamente a la demanda agregada y, con ello, se agrava la recesión. Y más aún si los otros componentes de la demanda agregada muestran su atonía. El Sr. Barroso y los que piensan como él saben menos economía de lo que sabía Francois Quesnay, el médico de Luis XIV metido a economista del siglo XVIIII y representante de la corriente fisiócrata de la historia del análisis económico. Es un ejemplo de la mala conciencia también, porque ahora los gerifaltes de Bruselas tienen el miedo en el cuerpo. Han echado un órdago en su combate contra los déficits y son conscientes de que si no se sale de la recesión -y no se va a salir recortando el gasto público a corto plazo-, sus puestos de trabajo están en el aire; también su prestigio político. Del intelectual no digo nada, porque son políticos, es decir, anti-intelectuales, salvo excepciones; viven de la creencia y no de la ciencia, están presos del electoralismo, salvo también excepciones. Keynes y Kalecki no son turistas que han pasado por el mundo de la economía para su divertimento. La Gran Depresión del 29 se combatió con Gasto Público, con keynesianismo; ahora, primero Bush-infante y luego Obama están combatiendo la crisis USA con keynesianismo, aunque sea un keynesianismo de derechas por el destino del gasto y por el origen de su financiación. La banca -y otras empresas- de todo el mundo han pedido y aceptado keynesianismo de derechas para recibir las ayudas que ha necesitado, aunque ahora lo disimulen y lo empapelen de “economía de mercado” como buenamente pueden. Y sin embargo, los del Consejo, Comisión y la Merkel, en la inopia europea, velando sólo por sus intereses electorales. Del Parlamento europeo, sin noticia.

La vieja propuesta del premio Nóbel Tobin en los años 70 se ha quedado obsoleta y hay que actualizarla. Entonces las transacciones financieras no se hacían con la velocidad de la luz como ahora y su volumen era infinitamente inferior al actual. Para crear un impuesto hay que definir el objeto del mismo, el sujeto pasivo y su base imponible; además hay que contemplar el combate contra sus dos enemigos naturales; el fraude y la elusión fiscal. Y ahora estamos hablando de un impuesto universal, teniendo en cuenta que no hay una “agencia tributaria universal”, ni parece que ningún organismo o institución universal (BM, FMI, ONU, OCDE) quiera hacerse cargo de semejante marrón. Hablan los burócratas a su cargo, pero no definen ni parecen responsabilizarse. Veamos algunas de las dificultades técnicas y políticas:

a) En primer lugar hay que definir la intención o el objeto del impuesto: no es lo mismo un impuesto universal para combatir la especulación que otro cuyo objetivo en la práctica -aunque sólo se diga sotto voce- sea la recaudación. Posiblemente sería lo mejor desdoblar el impuesto, es decir, crear dos con sendas intenciones.

b) Si el objetivo es “echar arena al aceite de las finanzas” como se afirmaba en el nacimiento intelectual del impuesto, nada más fácil en principio que gravar todos los movimientos financieros, todas las transacciones entre entidades financieras y todas aquellas que, sin ser tenidas en el organigrama como financieras, impliquen pagos por operaciones en las que el ordenante y el beneficiario viven en distintos países, es decir, entre residentes y no residentes. Aquí surge el problema de los paraísos fiscales, por lo que el impuesto debería pagarlo en principio ambos y reducirlo a la mitad si ambos los hacen efectivo. Con ello se aseguraría que si la transacción nace o muere en un paraíso fiscal se cobre el impuesto, bien al ordenante, bien al beneficiario. No sería injusto, porque ambos sabrían lo que pasa si la operación va o viene a/desde un paraíso fiscal o desde algún país que se ha salido de la norma universal o no ha llegado a entrar. Aquí las dificultades son políticas, porque para que el impuesto sea efectivo, todos los países del mundo o, al menos, la inmensa mayoría, deberían participar en y del impuesto y de sus protocolos. La cosa no parece posible a corto plazo porque entra en juego el dilema del prisionero de la teoría de los juegos: creado el impuesto, ganará alguien -el país- que se salga del tiesto siempre que no se salgan los demás. Además, con un impuesto simplemente sobre las transacciones no se evita la especulación.

c) Las ventajas de la especulación a la baja -vender lo que no se tiene- son tan enormes que un impuesto genérico sobre las transacciones sería calderilla, como una propina para los especuladores y los que se benefician de la especulación (fondos de inversión, fondos de pensiones, etc.), aunque tengan la apariencia de seriedad y de respetables padres de familia sus titulares o partícipes. Sólo implementando un impuesto sobre las operaciones especulativas directamente se puede combatir la especulación. El tema es que un impuesto difícilmente puede definirse su sujeto pasivo y su base imponible sobre juicios de intencionalidad. Veamos un ejemplo. En el mercado de cítricos de Valencia se venden a plazo naranjas a hoteles ingleses para que sus clientes beban el sabroso jugo en la hora de su desayuno -su breakfast- en cualquier momento del año. Para este fin, los agricultores valencianos venden a plazo al precio actual a plazo naranjas que aún la tierra no ha dado. Con ello ganan ambos: los agricultores valencianos porque se aseguran la venta de sus naranjas a un precio que estiman razonable y los hoteles ingleses porque aseguran a sus clientes tan sabroso líquido a un precio asegurado. Es un caso de vender lo que no se tiene que es legítimo. Sin embargo, un especulador podría hacer una operación parecida, pero no con la intención de entregar el producto -el subyacente, es decir, las naranjas- sino con el sólo ánimo de ganar dinero aprovechando el mercado a plazo de las naranjas. En efecto, puede vender a plazo naranjas que no tiene, y no es necesario que sea agricultor ni que haya visto una naranja en su vida, y comprar al contado al vencimiento del plazo las inexistentes naranjas. Para eso hay una Cámara que compensa estas transacciones non natas del subyacente y garantiza la transacción. Estas Cámaras son privadas en la mayor parte de los casos y viven de las transacciones, sean reales o especulativas. Es de imaginar lo que habría que hacer con estas Cámaras. El problema es que podría darse la segunda operación sin intencionalidad en principio especulativa. En efecto, un agricultor podría vender a plazo sus naranjas con la intención de mandarlas a tierras británicas, pero que por una mala cosecha no pudiera mandarlas todas o parte, y tuviera que comprarlas -todas o parte- al contado en el momento de la entrega ante la imposibilidad de la entrega total o parcial del subyacente (las naranjas). ¿Cómo juzgamos el hecho? Difícil. No es que quiera poner pegas, sino indagar en las dificultades. Sin embargo, una cosa positiva se desprende de ello: al menos se pueden prohibir las operaciones bajistas al contado, tal y como hacen los fondos especulativos, que compran a créditos títulos a sus clientes para venderlos porque prevean que las acciones, títulos en general, deuda pública, etc., van a bajar; previsiones que se cumplirán, sobre todo, si el trabajo sucio lo han hecho previamente las agencias de calificación. Es decir, se pueden prohibir las operaciones consistentes en vender al contado lo que no se tiene. En cuanto al anterior problema, el ejemplarizado con las naranjas, parece claro que debieran prohibirse las operaciones de venta a plazo que no tuvieran subyacente, salvo que el vendedor demuestre que es un profesional del subyacente y no un especulador. Ello supondría problemas de liquidez para los especuladores -eso es bueno- y para los fondos de inversión y de pensiones que están detrás de ellos, aunque no lo sepan (eso ya no es tan bueno). A nadie se le escapa el control desde lo público que habría que tener sobre los vendedores a plazo, distinguiendo entre profesionales del subyacente y especuladores. Difícil.

d) Otra dificultad estriba en definir el sujeto pasivo en algunos derivados por la carga de injusticia tributaria que puede ocasionar. Me refiero a las opciones, donde el comprador de una opción paga una prima como derecho de ejercicio, pero que llegado el vencimiento no le interese ejercitarlo porque el producto subyacente está más barato en el mercado que el precio convenido -precio de ejercicio-. Entonces debería establecerse el impuesto sobre la prima si se no se ejercita el derecho y, alternativamente, uno sobre el importe de la transacción -nocional- si se ejercita. Parece mucho control para los neoliberales que tienen que “soportar” el impuesto y también para los neoliberales que tienen que crearlo.

e) Más dificultades. Dentro de las operaciones a plazo están las del mercado de futuros que son operaciones estandarizadas y, por tanto, fácilmente controlables por los bancos y, por extensión, por la supuesta “agencia universal”; pero existen operaciones a plazo - las del ejemplo y otras muchas- que no están sujetas a modelización -las OTC, es decir, las over the counter- que son mucho más opacas y sin reglas fijas, cuyas condiciones se pactan libremente mediante intermediarios. Su control es difícil, incluso aún teniendo voluntad de control.

f) No hay que olvidar tampoco los CDO, los CDS y similares, que se han multiplicado por decenas en muy poco tiempo, a pesar de que no supongan necesariamente transacciones entre residentes y no residentes, por lo que aquí hay que ampliar el sujeto pasivo.

g) Complementariamente, se podría pensar en un impuesto sobre las plusvalías generadas por todos los instrumentos financieros, por todos los derivados, por todos los seguros financieros (cds), por todas las emisiones de títulos con hipotética garantía (cdo). La casuística es muy grande. La dificultad aquí está en su control y en quién o qué país es el beneficiario del impuesto. Un impuesto sobre las plusvalías sería más justo, no perjudicaría la asignación de recursos financieros entre países y lucharía más eficazmente contra la especulación.

Conclusiones. Dificultad técnica de implementación, voluntad política insuficiente, necesaria universalización del o de los impuestos. En mi opinión este impuesto debería desdoblarse en dos: uno con carácter recaudatorio sobre las transacciones - sean financieras o no- entre residentes y no residentes, y otro u otros destinados a combatir específicamente la especulación, con sujetos pasivos y bases imponibles diferentes, bien sobre los nocionales y primas o sobre las plusvalías.

Seguro que hay muchas más dificultades que me he dejado en el tintero, como se decía antes cuando se escribía a pluma. Considérese lo anterior como unas notas a vuela pluma. Yo por eso soy partidario, además de este esfuerzo, de la creación de una banca pública del crédito, que actúe contra las crisis y los ciclos, que facilite el crédito cuando la banca privada y el resto de las entidades de crédito no lo hagan, y donde los aumentos marginales de morosidad -inevitables de esta banca pública en los momentos de crisis- lo paguen las entidades privadas del crédito de forma inversamente proporcional al saldo vivo de sus créditos. Ambas cosas, impuestos -en plural- sobre las transacciones y banca pública del crédito, son perfectamente compatibles y necesarias para luchar contra las crisis y los períodos bajos del ciclo cuando estos se presentan, contra los especuladores, y útiles para financiar otras necesidades del mundo. Mundo donde la desigualdad y la pobreza son más la regla que la excepción.

Madrid, 19 de junio de 2010

16 jun 2010

Alemania se carga a la Unión Europea

Antonio Mora Plaza

Al día de hoy -16 de junio- los 5 grandes países de la Unión Económica siguen el camino de Grecia: reducir los déficits a costa del crecimiento. Cuando se decidió crear el Fondo de Estabilidad y Garantías de 750.000 millones de euros el día 10 de mayo -justo al día siguiente de las elecciones en Renania-Westfalia Norte- se obligó a Grecia a realizar un ajuste brutal de su Déficit, aunque la decisión ya la había tomado su presidente un mes antes. Sin embargo, al menos se daba la oportunidad a los helenos de mejorar el componente exterior de su demanda agregada merced al crecimiento del resto de los países de la UE. Ahora ni eso, porque los países grandes de Europa han decidido suicidarse en comandita antes de que los inversores y especuladores los vayan matando uno a uno. Se han rendido a eso que se llama “los mercados financieros” antes de luchar.

La novedad ahora es que ya no sólo son culpables la Reserva Federal por bajar sistemáticamente los tipos de interés desde la crisis de las tecnológicas, ni tan sólo los bancos USA por las hipotecas suprime y su contagio al resto del mundo, ni tan sólo los fondos especulativos con sus operaciones bajistas, ni tan solo las agencias de calificación, ni tan solo las restricciones de crédito del sistema financiero en USA, Reino Unido, Francia, Alemania, España, etc., sino que desde el 9 de mayo se han sumado un nuevo actor y una nueva actriz: el primero es Alemania como país y la segunda es Ángela Merkel, la cancillera. Para la derecha alemana -y probablemente para su socialdemocracia- ya no le es rentable electoralmente aparecer como contribuyentes netos de una Unión Económica de 27 y han decidido pasar al principio de que cada palo aguante su vela. Los 750.000 millones de euros del Fondo -de los que 690.000 son avales- son la última acción de Alemania para contribuir a la UE. Los alemanes han visto la situación de privilegio del Reino Unido. Este país tiene un Déficit Público del 11,5% (el tercero después de Irlanda y Grecia) y un 68,1% de Deuda Pública sobre PIB, y, sin embargo, sus finanzas públicas no se ven atacadas por los especuladores ni exigidos por Bruselas porque no pertenece a la Unión Monetaria, tiene moneda propia y puede devaluarla en cualquier momento, compensando con ello su balanza de pagos, sus posibles caídas de productividad y posibles ataques especulativos. Nunca se debió permitir que este país perteneciera a la Unión Económica y no a la Monetaria. Un error de los padres de la UE (antigua CEE). Ya retrasó la Merkel “la solución griega” hasta el 10 de mayo, obligando a detener el crecimiento heleno de su PIB, pagando más cara la renovación de su deuda que sus expectativas de crecimiento y relegando con ello a Grecia a una década -siendo optimistas- de nulo crecimiento. Ahora Bruselas, el Banco Mundial y los bancos alemanes quieren hacer lo propio con España y Portugal, incluso con mentiras (presunto recurso al fondo comentado) y con supuestas equivocaciones (el BM), a pesar de que la Deuda española (53,2%) está por debajo de la media la UE-27. Luego vendrá Italia. No obstante, la jugada de la Merkel es muy delicada para los bancos de su país y de Francia, porque la mayor parte de la deuda pública española en manos extranjeras lo está en estos países, y una caída de la cotización de la deuda -como consecuencia de las dificultades de renovación de la misma- puede dañar a los activos de los ya heridos bancos germanos y franceses. Es verdad que -de momento- han infundido pavor al gobierno español y éste ha decidido hacer la reforma laboral, pero llegará un momento que el gobierno español y el resto de los meridionales -junto con Irlanda- se darán cuenta de que Bruselas, la Merkel y los fondos especulativos son insaciables y no se van a contentar con sus exigencias ni van a detener sus operaciones bajistas, sea cual sea el contenido de la reforma laboral y las que vengan.

Porque ahora viene la segunda parte. Lo que era solución para un país -Grecia con su suicidio económico- ya no lo es para el conjunto. Es el dilema del prisionero. Si los 5 países grandes detienen el gasto público y las ayudas a los sectores privados, el crecimiento de estos 5 y de los 22 restantes se va a detener porque eran precisamente las exportaciones de estos países el único componente de la demanda agregada en la que se confiaba para compensar la caída del gasto público y del consumo privado. Los contables han ganado a los economistas, los neoliberales a los keynesianos, el egoísmo a la solidaridad. Europa se suicida mientras USA sale de la crisis practicando el keynesianismo, aunque sea de derechas. El día 9 de mayo pasará a la historia como el día que la Merkel se cargó a la Unión Económica. En efecto, ya nada será igual porque Bruselas ha seguido las directrices del gobierno alemán y de los bancos alemanes, abandonando a su suerte a los países que componen esta unión monetaria. Hay una moneda única, pero no un gobierno único europeo que sea independiente de los intereses de cada país, que vele por sus estados al igual que lo hace el gobierno federal USA por los suyos. Sin gobierno único se cae inevitablemente en el dilema del prisionero y la solución nunca es la óptima como Unión, sino la peor de todas para el conjunto, aunque sea la mejor para el país dominante (Alemania).

Y las soluciones técnicamente no son tan difíciles. A corto plazo: a) ha de cambiarse los estatutos del BCE para que uno de sus fines sea el combate contra los especuladores, estando dispuesto a suscribir la deuda de sus países a un tipo de interés que lleve una prima de castigo, pero que sea menor que la tasa de crecimiento prevista para el país emisor; b) se ha de renunciar al control de los déficit y aplicarse sólo a los niveles de Deuda por PIB; c) devaluar el euro si los planes de ajuste de los países de la Unión no frenan los ataques especulativos; a medio plazo es necesario: a) la implementación de un sistema fiscal único para toda la Unión en el que se cumpla que la recaudación por PIB sea misma en todos sus estados, dejando la distribución del Gasto a la decisión de los gobiernos de cada país; b) invitar al Reino Unido a la incorporación a la Unión Monetaria o - en caso contrario- echarla de la Unión Económica; c) se han de crear sistemas públicos de crédito anticrisis y anticíclicos, cuyos aumentos marginales de morosidad sea pagados por fondos de las entidades privadas de crédito; a más plazo, sacar al BCE de Alemania y sustituir el eje Berlín-Paris por el de Paris-Madrid-Roma, sobre todo si el Reino Unido queda fuera de la UE.

Estamos en la encrucijada. O la Unión -supuestamente económica- se convierte en un área económica de verdad bajo un sólo gobierno independiente de los países que la componen, o la unión monetaria de moneda única se deshace y los países vuelven a sus monedas de antaño, porque la unión no les compensa. En efecto, al menos con moneda propia se tienen tres armas potentes: a) la posibilidad de la devaluación para compensar caídas de productividad y déficits de balanza de pagos; b) control de la propia oferta monetaria y, por lo tanto, de sus tipos de interés; c) banco central propio como prestamista de última instancia.

Madrid, 16 de junio de 2010


Peludo, hasta siempre

Peludo, hasta siempre

la luz es el optimismo de la razón

la luz es el optimismo de la razón

muros, ni para lamentaciones

muros, ni para lamentaciones

¿Por qué?

¿Por qué?

planchando la oreja

planchando la oreja

¿naturaleza muerta?

¿naturaleza muerta?

el mamífero perfecto

el mamífero perfecto