18 may 2010

Mercados financieros contra economía real (VIII)

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(Los especuladores, la UE y la Merkel se cobran los primeros cadáveres)

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Antonio Mora Plaza

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Indudable que la actualidad económica -hoy, 16 de mayo- en España viene marcada por la histórica decisión del Gobierno español de congelar las pensiones y bajar el sueldo a los funcionarios, pero esto es el final de un proceso que he tratado de relatar y, además, explicar en las anteriores entregas. Veamos. A finales de abril y a pesar de los ataques especulativos a la deuda soberana griega y las draconianas medidas tomadas por el gobierno griego, aún los gobiernos de Francia y Alemania sólo se preocupaban de que Grecia relajara su disciplina presupuestaria. Es decir, no les bastaba a estos gobiernos -y quizá algún otro que no aparece en los papeles- con el anuncio del gobierno griego, sino que desconfiaban de él: ¡vaya Unión Monetaria! Con ello daban carnaza a los tiburones, es decir, a los fondos especulativos para sus operaciones bajistas y señalaban a las propias agencias de calificación el camino de las rebajas posibles de calificación. Todo ello porque el 19 de mayo vencen 8.500 millones de euros de la deuda griega y que el día 9 de mayo era un fecha clave, como luego se verá. Es decir, los gobiernos alemán y francés, en lugar de calmar a los llamados “mercados”, los alentaban a especular contra la deuda griega al poner en duda la ejecución de las medidas por parte del gobierno griego. Todo esto ocurría el 25 de abril. No se puede ser más inútil y más cretino.

Y las consecuencias no se hacían esperar: el día 28 de abril la agencia abanderada y avanzadilla de los fondos especulativos, la Standard and Poor´s, rebajaba la calificación de la deuda portuguesa y equiparaba la griega a los bonos basura[1]. Así, la deuda griega a dos años pagaba los intereses en el mercado secundario al 18% (¡1800 puntos básicos!, todo un record) y la de 10 años se acercaba al 10%. Y a la bajada de dos escalones de la calificación de la deuda portuguesa, esta misma agencia, se atrevía con la española, bajándola también un escalón[2] a pesar de que las otras dos agencias que también importan -la Moody´s y la Fitch- no se movían. Estaba allanando el camino a los fondos especulativos para cobrarse una pieza mayor. El problema es que ahora los especuladores corrían un riesgo muy grande porque el pez es un cetáceo que representa casi el 12% del PIB de la Unión Económica, y esta tiene armas si se decide a utilizarlas -como luego veremos- que pueden pillar a los especuladores bajistas sin cobertura o con cobertura encarecida. A todo esto, Alemania -es decir, el gobierno de la Merkel y el Parlamento Federal- no desatascaban la ayuda aprobada de 45.000 millones a Grecia. Hasta “The Wall Street Journal” criticaba[3] la forma en que se habían manejado los gobiernos europeos.

Por fin el día 2 de mayo -un domingo, como es de esperar-, los ministros de economía y finanzas aprobaban una ayuda a Grecia consistente en un plan de rescate -uno más- de 110.000 euros para los tres próximos años, de los cuales 80.000 millones deberían ser préstamos de los países de la eurozona y 30.000 millones a cargo del FMI. Los préstamos serían bilaterales de cada país al estado griego al 5% de interés. Además, se abría la posibilidad de que la banca privada europea contribuyera al préstamo[4], lo cual es un negocio extraordinario para ella, porque toma en préstamo del BCE al 1% y lo presta a su vez al estado griego al 5%. ¿Cómo interpretar todo esto? Creo que no es muy difícil. La banca privada europea, sobre todo la francesa, alemana y austriaca, tienen en sus cajas 95.000 bonos griegos[5] que se están devaluando merced a las ganancias ciertas o esperadas de los especuladores y decidieron presionar a la Merkel a tomar medidas contra estos especuladores en el caso griego. Pero la cancillera alemana se resistía: dentro de poco veremos porqué. Sin embargo, todos los ministros de finanzas se equivocaban al anunciar medidas antes de tomarlas. Resulta increíble que tanto ministro, tantos asesores económicos -algunos de los cuales han estudiado en escuela de negocios-, no se dieran cuenta, no supieran -o no les importaba- que no hay cantidad óptima para calmar a los especuladores si estos saben de antemano las cantidades y las intenciones de los gobiernos. En efecto, si las cantidades se aprecian insuficientes, los especuladores pueden seguir vendiendo deuda soberana griega a corto -incluso tomando créditos- para comprarla al día siguiente o a los pocos días a precios menores que los de venta; precios menores por la escalada de dudas y descalificación del propio gobierno alemán y de las agencias de calificación. Mejor aún, pueden actuar a plazo, vendiendo lo que no tienen para comprarla al contado el día de la emisión, como por ejemplo el 19 de mayo. Las propias cantidades puestas a la venta por los especuladores y por el efecto rebaño del resto de los inversores aseguran que el precio de recompra será siempre menor que el de venta. Si, en cambio, las cantidades del fondo de rescate anunciado son muy grandes, no resultan creíbles si han de ser préstamos bilaterales de los países. Por ejemplo, España, según el acuerdo sobre los 110.000 millones, debería contribuir en tres años con 9.792 millones de euros. En nuestra situación no resulta creíble y eso agrava la valoración de nuestro déficit y deuda pública.

La prueba de lo anterior, es decir, la prueba de la falta de credibilidad del plan de ayuda de 110.000 millones de euros vendría el día 4 de mayo[6] cuando el Sr. Trichet, presidente del BCE, comunicaba la decisión del banco emisor europeo de garantizar los préstamos[7] -se supone que tanto los procedentes de la banca privada como los de los estados- que se concedan a Grecia, ¡sea cual sea la calificación de esa deuda por parte de las agencias! Casi por eliminación y de la forma más ineficiente posible, la UE y el propio BCE se daban cuenta de que los especuladores -los hedge funds- no son el mercado, sino son el enemigo del mercado competitivo, un caballo de Troya en la competencia. La razón de esta oscuridad es la de que la mayoría de los ministros y burócratas asesores han sido educados en las creencias de la bondad del mercado -así, en singular- y lo han colocado en el pedestal de las decisiones económicas, en el único pedestal, sin compartirlo, por ejemplo, con decisiones desde lo público, es decir, desde los intereses generales. Pero esto es otra discusión.

El día 5 de mayo morían asfixiados tres empleados[8] de un banco a consecuencia de la lucha del pueblo griego contra las medidas del gobierno griego: los especuladores, la UE y la Merkel manchaban de sangre su currículum vitae. Sin embargo tan luctuoso acontecimiento esn mera acnédota para ellos porque la lógica de los acontecimientos no cambiaría nada por ello. Sólo importan dos fechas venideras: el 9 de mayo y el 19 del mismo mes. El día 6 de mayo el Reino de España emitía 2.300 millones de deuda a 5 cinco años al 3,58%, que suponían 0,738% más que lo pagado el mes anterior por una emisión de 4.500 millones; también aumentaba ligeramente el seguro de la deuda (cds). Son aumentos pequeños pero agrandados por la prensa y por los periodistas ávidos de noticias y sin conocimientos para valorar esto en el contexto general de la crisis. Y por fin el Parlamento alemán aprobaba su parte -unos 22.400 millones de euros- de los 110.000 millones de euros acordados. La medida, como en toda esta crisis, llegaba tarde y con el defecto de su anuncio previo. Además, el Parlamento griego se hacía el harakiri aprobando el día 6 una medida suicida para su economía[9]: la contrapartida del fondo anterior era que las finanzas públicas debían ahorrar 30.000 millones de euros[10] en 3 años, y eso para una economía que no llega a 300.000 millones de PIB, incluso aunque sea algo mayor por mor de la sumergida, es un imposible, y de llevarse a cabo sumirá a la economía en una depresión de la que no saldrá en una generación.

Ahora llega la fecha clave -la del 9 de mayo- que pone en claro el porqué de la torpeza inaudita de la UE, de sus ministros de finanzas (el ECOFIN) y de la Merkel: las elecciones alemanes en Renania del Norte-Westfalia. Pues de nada le sirvió a la teutona retrasar las decisiones sobre la deuda griega, porque perdió a pesar de todo las elecciones y, con ello, la mayoría en el Parlamento Federal. Pues bien, al día siguiente, con el beneplácito de la Merkel, los ministros de economía acordaban la creación de dos fondos por 60.000 millones de euros y 690.000 millones, llamados de Estabilidad y de Garantías respectivamente, que estarían gestionados por la Comisión[11]. El primero de ellos se obtendría -esa es la pretensión- a través de los mercados de capitales, es decir, del capital privado; el segundo, constaría de dos tramos: el primero por un importe de 440.000 millones sería en realidad un fondo de garantías otorgado por los propios estados de la eurozona (16) a los países con dificultad de suscribir su deuda en el mercado a tipos razonables, pero siempre que el país beneficiario se sometiera a severas medidas y controles sobre el déficit y la deuda pública. Esto tendrá una importancia capital en la decisión del Gobierno español del día 13 de mayo; el segundo tramo vendría de la mano del FMI y constaría de 250.000 millones de euros. Según el acuerdo, los préstamos y avales se darían a su vez por tramos y en función de los cumplimientos antes mencionados. La medida parece acertada, pero tiene dos graves inconvenientes: en primer lugar las posibles y draconianas exigencias sobre déficit y deuda, cuyo cumplimiento por el país afectado podría provocar una recesión económica, siendo peor el remedio que la enfermedad; el otro es el de que no resulta creíble si todo al final depende de los mercados, con protagonistas sólo privados, es decir, sin que el BCE de el paso definitivo de suscribir deuda pública a un tipo de interés moderado si los inversores financieros privados no la suscriben o la pretenden suscribir por encima del tipo marcado[12].

Y ahora llegamos al final del drama, no sólo griego, sino meridional, porque el Gobierno español el día 13 de mayo[13] se hacía acreedor y con derecho a la utilización de estos fondos tomando las mismas o parecidas medidas que el gobierno griego, reduciendo el sueldo de los funcionarios públicos un 5%, suspendiendo la revalorización de las pensiones -salvo las mínimas-, eliminando los 2.500 euros del llamado cheque-bebé, eliminando el régimen transitorio de la jubilación parcial (ley 40/2007), revisando el precio de los medicamentos no referenciados, suprimiendo la retroactividad para nuevos solicitantes de la dependencia, reduciendo 6.045 millones de euros la inversión pública (M. de Fomento). Al día siguiente Portugal se sumaba[14] al ajuste ibérico, pero con variaciones, principalmente por los aumentos de los ingresos por aumentos del IVA, del IRPF y de nuevos impuestos a las grandes empresas y a la banca.

¿Detendrá esto a los tiburones y, en general, a los inversionistas de riesgo? Mi opinión es que no, porque la disuasión no vendrá por la cuantía de los posibles fondos, sean de préstamo o de garantía, sino de los mecanismos de lucha contra la especulación. El primero de ello sería que el BCE rompiera con prejuicios y mandatos únicos sobre la inflación y garantizara la suscripción de la emisión de deuda soberana a los estados de la eurozona a un tipo de interés moderado; otro mecanismo sería el de convertir en delito los comportamientos bajistas sin prueba de intenciones; otro más, la suspensión automática de las cotizaciones cuando se observaran estos comportamientos y la consecuente eliminación del mercado de estos terroristas financieros. Los controles de fondos y bancos por parte de los bancos centrales y comisiones de control públicas, las auditorias privadas -en gran parte interesadas-, han demostrado no ser suficientes para evitar las crisis y los comportamientos especulativos bajistas delictivos. Se ha visto también que el dúo Karamanlis-Merkel, ambos de partidos conservadores, ha sido letal para Grecia, Portugal y España, y pronto lo será para Italia e Irlanda y, quizá, para el Reino Unido, aunque este a medio plazo porque este país puede devaluar su moneda en cualquier momento.

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Madrid, 16 de mayo de 2010.

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[2] “S & P Downgrades Spain”, The Wall Street Journal, 28-4-2010: http://online.wsj.com/article/SB10001424052748704423504575212104219854716.html

[3] “How Europe´s bailout delays raised its cost”, The Wal Street Journal, 30-4-2010: http://online.wsj.com/article/SB10001424052748703572504575214473524393004.html

[4] “Los bancos alemanes participarán en el rescate: refinanciarán Grecia”, elEconomista.es, 4-5-2010: http://www.eleconomista.es/economia/noticias/2113944/05/10/Alemania-refinancia-a-Grecia-los-bancos-germanos-participaran-en-el-rescate.html

[5] “Los bancos de Alemania y de Austria mantienen el apoyo a Grecia”, 5-5-2010, El País: http://www.elpais.com/articulo/economia/bancos/Alemania/Austria/mantienen/apoyo/Grecia/elpepieco/20100505elpepieco_6/Tes

[6] “L´Europe approive l´aide financière à la Grèce”, Le Monde, 2-5-2010: http://www.lemonde.fr/europe/article/2010/05/02/l-europe-approuve-l-aide-financiere-a-la-grece_1345672_3214.html; “La Unión Europea y el FMI ponen en marcha el plan de ayuda a Grecia... “, 2-5-2010; http://www.elpais.com/articulo/economia/Union/Europea/FMI/activan/plan/ayuda/Grecia/110000/millones/elpepueco/20100502elpepueco_1/Tes

[7] “El BCE aceptará la deuda griega pese a que esté al nivel de bono basura”, El País, 4-5-2010: http://www.elpais.com/articulo/economia/BCE/aceptara/deuda/griega/pese/nivel/bono/basura/elpepieco/20100504elpepieco_2/Tes

[8] “The end of the party”, Economist.com, 5-5-2010: http://www.economist.com/world/europe/displaystory.cfm?story_id=16055623

[9] “Greece approves bailout bill”, The Wall Street Journal, 6-5-2010: http://online.wsj.com/article/SB10001424052748704370704575227662199012840.html

[10] “El plan griego recortará el gasto en 30.000 millones”, El País, 3-5-2010: http://www.elpais.com/articulo/economia/plan/griego/recortara/gasto/30000/millones/elpepueco/20100503elpepieco_3/Tes

[11] “La UE aprueba un fondo de rescate multimillonario”, El País, 10-5-2010: http://www.elpais.com/articulo/economia/UE/acuerda/mecanismo/rescate/asegurar/estabilidad/euro/elpepueco/20100510elpepueco_1/Tes; “Europe´s 750 billion (miles de millones) euro bazooka”, The Economist, 10-5-2010: http://www.economist.com/blogs/charlemagne/2010/05/euro_crisis_2

[12] Otra interpretación, pero con el relato de los hechos, puede verse en “Ocho días de infarto para intentar salvar el euro”, elEconomista.es, 15-5-2010: http://www.eleconomista.es/economia/noticias/2146417/05/10/8-dias-de-infarto-paraintentar-salvar-el-euro.html

[13] “Zapatero da un vuelco a su estrategia con un recorte de sueldos públicos sin precedentes”, El País, 13-5-2010: http://www.elpais.com/articulo/espana/Zapatero/da/vuelco/estrategia/recorte/sueldos/publicos/precedentes/elpepiesp/20100513elpepinac_1/Tes

[14] “Portugal se suma al ajuste con una subida general de impuestos”, El País, 14-5-2010: http://www.elpais.com/articulo/economia/Portugal/suma/ajuste/subida/general/impuestos/elpepueco/20100514elpepieco_2/Tes

9 may 2010

Semíramis de Babilonia

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Antonio Mora Plaza

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Tanto me recordaba mi abuelo la influencia de la literatura clásica ibérica en el mundo y tanto me lo decía de la literatura inglesa, que decidí un día leer algo de Dickens porque decía él que “no se entiende al escritor inglés sin la picaresca del Lazarillo, del Buscón, de Rinconete, del Guzmán y demás”. Tomé un libro al azar de Dickens y fue en concreto la “Historia de dos ciudades”, quizá precisamente porque el título no me decía nada y así, sin pista alguna, el sabor de la sorpresa resultaría más agradable. Sin embargo, cuando comencé su lectura vi que no era una novela, sino una obra de teatro; que no era del aprendiz de pícaro inglés, sino de Calderón, y que no se desarrollaba en la Inglaterra victoriana sino en otro lugar y tiempo que luego saldrá a la luz. Se lo hice observar a mi abuelo y este sonrió con malicia pero con ternura, porque mi abuelo era brusco de modales por lo mucho que había vivido y... sufrido, pero de nobleza de corazón e ideales de hierro. Pasaron unos segundos y siguió su comentario: “Nieto, el libro que tienes en tus manos son muchas cosas y en el fondo es la historia de dos ciudades: Nínive y Babilonia, pero los historiadores no han descubierto por qué eso es así. Son dos pasiones, dos deseos de inmortalidad. Nino se apoderó de lo que era Nínive y la elevó a la cumbre de la civilización siríaca; Semíramis, su hija, se apoderó de Babilonia de la forma que verás y superó a Nínive cuando eso parecía imposible”. Llegado a este punto interrumpí a mi abuelo a sabiendas que eso no era de su gusto y le dije: “Abuelo, ¿por qué dices eso de los historiadores, porque lo que me cuentas, la lucha entre ciudades en la antigüedad, era muy común?”. Entonces se sentó en el sillón y dijo misterioso: “Porque esta rivalidad es realidad y metáfora de la más formidable tragedia jamás escrita: La Hija del Aire. Más aún, yo he descubierto que las pasiones de sus protagonistas están ancladas a los muros de sus conquistas, cosa que ningún historiador o poeta se ha dado cuenta. Lo que tienes en tus manos es mi versión de la genial tragedia de Calderón. Es una versión sintética, sincrética, heterodoxa. Es mi más preciado tesoro. La obra del dramaturgo áureo tiene la intensidad del Macbeth y la grandeza del Rey Lear, como sabes ambas obras del genial bardo o de quien se oculte bajo su nombre. Lee”. Y mi abuelo se quedó dormido como era su costumbre cuando se acaloraba en la discusión. Yo tomé el libro y esto es lo que relata:

Soy Semíramis, hija del aire y de las palomas, reina de Babilonia, hija también de Derceto, diosa asiria, y quiero contar mi historia. ¡Tú, espejo entre las sombras, astro de la noche, ten paciencia por mi relato! Soy y sabes que soy inocente de lo que se me acusa y culpable de lo que se ignora, tú, testigo silencioso de mis obras, deseos y pensamientos. A ti me encomiendo, madre enlutada y protectora. Es la hora, la cita con el destino que al fin me ha cubierto, pero antes quiero dejar grabado en tu redondo espejo la verdad de la Hija del Aire, antes de que se me lleven las arenas de Arabia. Ahí abajo veo las piedras que ansían mi cuerpo: seré vuestra, pero aún no es la hora. Esta es la verdad de Semíramis, la única verdad que han de contemplar los tiempos venideros”.

El texto de mi abuelo situaba los hechos que se avecinan en Babilonia, ciudad nacida de entre los brazos maternales de los ríos Tigris y Eúfrates, y en el siglo IX aC., cuando la obra de Nabucodonosor I había cumplido su ciclo y Babilonia y toda la región, eran pasto de la conquista asiria. Sigue el texto que de una gruta en un lugar no muy lejano de las murallas de Babilonia salían unos lamentos y, sin embargo, nadie parecía oírlos a pesar de lo cerca que pasaban caravanas de mercaderes que comerciaban con el extremo Oriente y con Egipto, esa tierra siempre conquistable en los deseos. Estos eran los lamentos: “¿Sólo yo oigo tus sones, clarín de Marte, sólo tu melodía llega a mis oídos, cítara de Venus? ¿Por qué me regaláis con vuestras músicas si aquí me retenéis? Venus, Marte, ¿acaso vuestro poder no es más que el de los hados, que profetizan mil calamidades a Babilonia y sus habitantes por mi libertad? ¿Qué hados son esos que para cumplirse han de forzar el albedrío? Mi inteligencia y la razón de mis razones podrán con todas las profecías de los falsos profetas que necesitan de ti, Tiresias, maestro y carcelero, para dar gusto a sus razones. Yo traeré la paz a Babilonia y haré de la ciudad ejemplo y envidia de todos los conquistadores. ¿Por qué callas, carcelero?”.

Y en efecto, no muy lejos de la gruta, un viejo con saya, báculo y de soberbia dignidad tapábase los oídos por no oír lamentos y razones, porque no sabía cuál de ambas cosas le incomodaba más. Tiresias, que era en efecto su nombre, no hablaba, pero en silencio respondía: “Te quiero como a una hija, pero más quiero a Babilonia y a sus habitantes, y si mi corazón me pide tu libertad, mi razón me impide dártela. No puedo contradecir lo que de tan lejos viene escrito: que tú serás causa de destrucción, de guerra civil, de muerte. No quiero ver cumplirse la profecía que te ata a esa gruta. Soy viejo y mi vida toca a su fin, pero mi conciencia me ata a mi promesa.

Lo que sigue es ininteligible, por lo que debo saltar unos cuantos párrafos hasta que aparece un nuevo personaje, Menón, general victorioso del Rey Nino que por allí pasaba con su guardia, oía los lamentos de Semíramis. Detúvose Menón y se acercó a la gruta; allí vio a Semíramis y esto es lo que su imagen le llevó a decir: “Bella mujer, ¿qué o quién te impide salir de aquí? ¿Quién o qué te ha cubierto de esas cadenas, que le daré muerte a mis manos? Dime quién eres mientras te libero y pienso un castigo para tu carcelero de tal forma que el arrepentimiento sobrepase a sus razones. Mis físicos curarán tus heridas y serás huésped en mis aposentos mientras tu cuentas esas razones, las tuyas, de tu encierro”.

Y en eso estaban libertador y liberada cuando encontraron los guardias al viejo Tiresias. Enfurecido Menón, sacó su dentada espada para confiar el alma del viejo a Osiris, dios egipcio, cuando la misma Semíramis habló de esta forma: “Libertador, no deseo ese final para Tiresias, que ese es su nombre. Es un fiel servidor del rey Nino. Su pecado es creer en los hados más que en su conciencia. Su error no merece la muerte... a mano ajena. Dejadle libre, que su conciencia será su carcelero si no me equivoco”.

Accedió Menón a los deseos de Semíramis sin sospechar que ningún favor le hacía, porque el viejo guardián pensaba de esta manera: “A veces la virtud es el germen del mal. Menón, Ishtar te ha visitado y el deseo que veo nacer en ti es un desafío al destino. Está escrito que Semíramis la Bella no podrá quedar libre y las cadenas que has roto son el heraldo de la destrucción de piedras y ciudades, hombres y mujeres, viejos y niños. No sabes lo que has hecho. Comprometí mi gastada vida en ser guardián en mis últimos días y no quiero ser testigo de mi error. Aguas del Eúfrates, salí de vuestras ondas y a ellas vuelvo; no seáis crueles conmigo, yo que siempre os contemplé con la ilusión del navegante. Guardad mi alma y llevadme a la diestra de Anu, reina de los cielos, si de ello soy merecedor”.

Y Tiresias se suicidó. Y esta fue la primera victima. ¿Sería la última? Cuenta mi abuelo en el relato que Semíramis fue llevada a palacio y presentada a Nino, el Rey, y que este, al igual que Menón, se prendó de su belleza como -según mi abuelo- años más tarde y no muy lejos de esa zona del mundo, se prendó Marco Antonio de Cleopatra o, como más o menos por la misma época, se enamoró Paris de Helena, o como Medea de Jasón, el conquistador del Vellocino. Y también ocurrió, como puede sospechar el lector, que el diablo de los celos, ese Cupido del revés, se instaló en palacio como se instaló el mismo Nino en Nínive: con deseo y perseverancia. Corrió el tiempo y las guerras se recrudecieron, especialmente por el viejo Lidoro, rey de Lidia, que siempre guardaba en su corazón el deseo de hacer de Babilonia lo que nunca pudo hacer con Nínive: conquistarla, destruirla y reconstruirla, porque así, tan neciamente a nuestros ojos, se comportaban los guerreros de aquellas épocas. Pero Babilonia resistió, al igual que Nínive, y ello a pesar del empeño de este rey, que puso más si cabe al oír que sus muros guardaban la más bella mujer que jamás reflejaron las aguas del Tigres y del Eúfrates. Y, sin embargo, no era ese el mayor de los problemas para Nino, el Rey, porque sus generales Licas y el mismo Menón siempre salían vencedores de Lidoro y de cuantos generales querían apoderarse de la codiciada Babilonia. Y aquí viene la originalidad de mi abuelo según él mismo, porque Semíramis pensaba en estos términos: “Haré de esta ciudad, ya bella, algo nada imaginado; la cubriré de palacios y jardines, de muros inconquistables. Infranqueable y bella. Y sin embargo mi sueño es Nínive, de la que tanto me habló Tiresias, ciudad conquistada por Nino. A ambos dirijo mis deseos. El mundo no puede tener dos bellezas; Babilonia, has de ser única”.

Infranqueable y bella, así era también Semíramis. Al poco, Nino, siempre agradecido, llamó a Menón a palacio y entre ambos sostuvieron esta conversación:

Nino - Eres Menón mi primer general, y tanto de ti como de Licas y de Friso me siento satisfecho y honrado de vuestros servicios, y es de hombres sabios antes que poderosos ser agradecidos. Sin vosotros Babilonia estaría destruida por medos, persas, armenios, batrianos y tantos otros que nos desean, nos envidian y también nos temen. Ahora que disfrutamos de un tiempo de paz, pedidme lo que deseéis: tierras, ciudades conquistadas, honores. Hablad, mi valiente general.

Menón - Nada material quiero, rey Nino; tampoco honores, porque los que tengo me son suficientes y vuestras palabras lo avalan. Tampoco me importa la efímera fama, que para un guerrero se pierde cuando llega la paz. Mi vida está colmada, salvo un consentimiento.

Nino - Pedidlo.

Menón - Deseo desposarme con Semíramis. Yo la liberé de la prisión e Ishtar me ha uncido con el deseo y no puedo traicionar ni a la Bella ni a la diosa, porque con ambas me siento deudor. Sólo eso os pido.

Nino - Me pedís lo único que no os puedo dar, porque sea Ishtar, Venus u Osiris, o cualquier otra deidad, o sean los dioses protectores de la ciudad, también han sembrado en el Rey ese mismo deseo. También la necesidad de un heredero que apague envidias y ansias de poder. Tanto agradezco que seáis su descubridor y libertador como detesto que os pongáis en mi camino. Siento no poder daros satisfacción. Pedidme cualquier otra cosa: una ciudad, una princesa, un reino incluso conquistaré para vos al frente de mi ejército, mi valeroso general, pero ese no puedo. No pidáis un imposible. Tanto el trono como Semíramis tienen dueño, son lo único que tienen ya dueño.

Menón - Pedir que renuncie a Semíramis es como pedir que el pájaro renuncie al vuelo. Mi conciencia no me lo permite. Es Ishtar quien ha regado su deseo en mí y no puedo contradecir a los dioses. A nosotros, simples mortales, nos parecen caprichosos en sus elecciones, pero ello es porque nos contemplan desde las esferas; su perspectiva es otra y a lo que nosotros creemos que es libertad, ellos lo juzgan como necesidad. Mi rey, no tengo mas que a Semíramis; sin ella no soy nada: ni general, ni victorioso, ni justo, ni leal. Nada. Ella y mi vida son la misma cosa y no me obliguéis a renunciar a mi vida.

Nino - No se discuten las órdenes del rey, sean cuales sean sus motivos. Yo no soy un simple mortal y estoy más cerca de los dioses que lo estás tú de mí. Sois un simple guerrero, un victorioso guerrero, un magnífico general al que estimo por su valor, inteligencia y lealtad, pero al fin un guerrero que ha de obedecer a su rey. Debéis renunciar a Semíramis; ni siquiera podréis en adelante contemplarla, porque si no la veis no la desearéis.

Menón - No necesito verla porque su figura está esculpida en mi cabeza y en mi corazón, lugar este donde se fragua el deseo. No renunciaré a ella, no puedo y no quiero. Los dioses han hablado y sembrado y respetaré sus voluntades, pase lo que pase. Ahora disponed de mi vida como os antoje.

Nino - No os quitaré la vida porque eso sería como amputar una parte del reino que tanto os debe. Tus méritos son muchos, pero no pueden compensar tu desafío. Os agarráis a los dioses como el recién nacido se agarra al pecho de su madre, pero vos tenéis también voluntad para torcer los deseos de esos caprichosos seres. La mía es que no volveréis a ver a Semíramis; podréis notar su presencia, oler sus perfumes, sus ataviadas ropas. Incluso podréis oírla, pero no la veréis más. Ese es mi deseo.

Y cuenta la leyenda, en versión de mi abuelo, que a Menón, el ilustre general y conquistador guerrero, le sacaron los ojos. Fue libre de andar por palacio, porque Nino no quería que contemplaran sus súbditos que su victorioso guerrero deambulaba por Babilonia como un mendigo; fue atendido en todo por esclavas del séquito del rey, pero nunca más volvió a ver a Semíramis.

Pero sigamos, que la historia y la leyenda no se detienen porque, como decía mi abuelo, esta última “es historia, pero con la lógica de la fantasía, porque hasta la fantasía está sujeta a orden y medida por miedo a lo inverosímil”. Yo lo trascribo tal cual sin que por ello suponga el lector que yo siempre le entendía. Y no había pasado aún un año desde la ceguera de Menón que Semíramis casó con Nino; y en un año más, el Rey y su consorte tuvieron un niño al que llamaron Ninias. Es verdad que era un varón, pero tan parecido con el tiempo a Semíramis en rostro, voz y hechuras que en poco tiempo, cuando los años pasaron, hasta los sirvientes les confundían. Pero antes de llegar a esto ocurrió un terrible suceso que la historia ortodoxa recoge: Nino murió envenenado cuando Ninias, su hijo, apenas gateaba. También dice la leyenda que estas fueron las últimas palabras de Nino y la réplica de Semíramis:

Nino - Isthar, diosa del amor y de la guerra, no dejes que muera sin guerrear, pues eso es lo que soy, un guerrero sin espada. Semíramis, esposa, no puedo ya verte pero déjame que te sienta por última vez. Estoy ciego como Menón y, sin embargo, veo las arenas invadir la ciudad, destruir sus campos y jardines y abrasar a sus habitantes. Busca marido antes que lo busquen otros. Confía en Licas, mi fiel general; deja libre a Lidoro que ya es un anciano y no merece más castigo, y sobre todo....

Semíramis - Has muerto por mortal bocado. ¡Creyentes de profecías, en mí no han de cumplirse! Ahora soy reina, yo, Samuramat, hija de los dioses y del aire, criada por unas palomas, protegida de Shamash, el dios Sol. Esposo, has vivido mucho tiempo, demasiado tiempo. Que el dios Apsu te lleve por sus océanos a la otra orilla. Consentí ser tu esposa, pero nunca pude darte mi amor, sólo mi consentimiento. Me diste un hijo igual a mí en lo físico, pero igual a ti en lo de guerrear. Tampoco le falta ambición. Ahora comienza una nueva era en Babilonia. ¡Al fin soy libre para ocuparme de Nínive, tu apreciada ciudad! Ahora calmaré las ansias guerreras de ti, Ninias, y veré tu destreza. Esta será mi primera orden: que no quede piedra sobre piedra de Nínive. ¡Al fin serás única, Babilonia, y yo tu reina!

Tiresias suicidado, Menón ciego, Nino muerte, guerras inacabadas y propósito de nuevas guerras. Así comenzó el reinado de Semíramis. Pero aún faltaba algo más, porque Licas, el general en el que confiaba Nino, decía estas palabras en sueños y que fueron escuchadas por Friso, su hermano gemelo que iba a visitarle y hablar de sus campañas, como hacían siempre cuando ambos coincidían en palacio.

Licas - ¡Mi propio hermano ha matado al Rey! ¿Por qué si nunca fuisteis tan ambicioso como para esa acción inútil? Eres sólo un general que no puede aspirar al trono ni a compartir el lecho con la Reina. Soy tu hermano, pero no soy tu igual. ¿Acaso son mis victorias que no has podido igualar? Yo siempre las he compartido contigo; jamás he aspirado a ser más que tú. Ambos somos guerreros y nuestro mejor destino es morir en el campo de batalla; ambos somos generales esperando la primera derrota para dejar de serlo. Es verdad que fui el preferido de nuestra madre, pero tú lo fuiste de nuestro padre. Y de eso hace mucho, mucho tiempo, muchas guerras. Y ahora he de combatirte. Tiresias, sabio y viejo, lo sabía. Negros tiempos y fraticidas guerras nos esperan. ¡Sea así si así lo quieres, Ninurta, dios de la guerra!

Friso - ¿Eres tú, Lamashtu, dios maligno de la noche y de los sueños, quien ha puesto esas palabras en boca y pensamientos de mi hermano? Él no sabe nada, no puede saber nada. ¿Porqué tan negros presagios? Los reyes mueren como mueren los demás mortales y qué más da la forma y el instrumento. ¡Sal Luna de tu oscuridad e ilumina esta conciencia que se esconde en el abismo por tan horrible acción! Me debo a mi reina, a ella obedezco y a ella me encomiendo. Tus palabras son generosas conmigo, pero yo no soy un general tan victorioso como tú, ni tan honesto como Menón, ni tengo la dignidad de Lidoro, nuestro enemigo, pero entiendo de alianzas y de oportunidades: prefiero ser la mano derecha de la reina de Babilonia que rey de Sumeria o de Egipto. El segundo del general victorioso tiene más poder que el rey derrotado. Ayudar a Semíramis es ahora mi profesión y ha de llegar mi ocasión, porque no renuncio a nada, salvo a lo imposible. ¡Querido hermano, no deseo tu mal, pero no te pongas en mi camino! Y ahora sigue durmiendo para que esos sueños sean sólo eso: sueños.

No había pasado un año desde este suceso, desde estos sueños inoportunos, que Ninias volvía de Nínive, o de lo que quedaba de ella, según sus palabras. Aquí historia y leyenda se alejan entre sí como lo hacen los dos ríos de Babilonia cuando remontan la corriente. Mi abuelo echaba la culpa de ello a los historiadores porque decía que “desprecian la leyenda porque dicen que es inventada. No se dan cuenta que ellos inventan incluso con mayor ahínco los huecos que los hechos dejan en la lógica de los acontecimientos. Hemos inventado culturas y civilizaciones como si las diferentes manifestaciones del pasado, sus huellas, hubieran hecho a los hombres diferentes de unas a otras. Nada más alejado de la verdad. Hasta el Gilgamesh parece una novela de aventuras de nuestra época con tal de que miremos los resortes de los héroes que aparece en ella. Al final sólo dos cosas nos mueven: la manutención y el deseo, los instintos de supervivencia como individuo y como especie. Las diferencias son anécdotas, espuma de los días, polvo de nuestras pisadas, sombras de nuestros deseos”. Pero sigamos con la leyenda. Semíramis recibió a su hijo de esta manera y con estas palabras:

Semíramis - ¡Honor al guerrero y un beso de su madre, Ninias! ¿Todo se ha cumplido? ¿Al fin podrás gobernar y reconstruir a tu gusto Nínive?

Ninias - Mi honor y mi recompensa es ser tu hijo. Nínive es tuyo. Babilonia ahora es única. Agradezco tanto tus palabras que me cuesta decirte ahora lo que pienso, pero lo diré: yo no quiero gobernar Nínive ni ninguna ciudad o pueblo conquistado o por conquistar. Ahora quiero que toquen el clarín de Marte, música que tanto me gustaba oír cuando estaba en tu regazo y volvía mi padre de la guerra.

Semíramis - Sea. Pero tú no eres un guerrero como Licas, Menón o Friso. Tu padre y yo te hemos educado para algo más y más difícil: gobernar. La guerra no es un fin, salvo para los soldados. Para nosotros es a lo más un medio para recibir honores, nuevo súbditos y riquezas. Dime tus deseos.

Ninias - No madre, yo he dicho que no quiero gobernar tierras y ciudades conquistadas, no que renuncie al gobierno. Yo quiero estar a tu lado siempre, para que cuando tú faltes y sea inevitable mi presencia tenga la sabiduría y la experiencia necesaria. A tu lado lo aprenderé todo lo que aún me falta. Seré tu mano derecha mientras tanto. Ese es mi deseo.

Semíramis - Hijo, esta ciudad y este reino tienen reina que han de durar y durarte muchos años. Piensa en otras funciones, en otras metas. Tu madre está fuerte, está sana y con muchos ánimos de gobierno. Tengo la ilusión del principiante y la serenidad de los años. No es eso lo que yo quiero para ti. No necesito mano derecha porque yo soy mi propia mano derecha. Agradezco tu predisposición y ello te honra, pero no es ese tu destino.

Ninias - Seré tu sombra, madre y te protegeré de tus enemigos, incluso de tus... amigos. Eso es lo que deseo. Se lo prometí a mi padre y cumpliré esa promesa. Ahora un beso, madre.

Y Semíramis quedó consternada porque no reconocía a su hijo en estas palabras. Según mi abuelo estas fueron las palabras de Semíramis: “¡Qué rabia, ahora vuelta a empezar!”. Eran palabras terribles precisamente porque eran breves, y como los grandes personajes de la historia o de la ficción, sus obras comienzan cuando acaba su verbo. Ninias en cambio seguía pensando y lo hacía de esta manera: “Desprecias a Licas, tu general; has encadenado a Lidoro sin honores; menosprecias a Friso a pesar de serte fiel. Tiresias, muerto; Nino, muerto; Menón, ciego. No ha habido un sólo año de paz desde que la razón me acompaña. ¡Y dices que la guerra es sólo un medio! ¡Qué cinismo! Mi cariño hacia ti será mi coartada. Ambición por ambición, la mía traerá la paz. No, no he destruido Nínive porque tan bella ciudad no merece ese deseo. Mi campo de batalla será Babilonia y para este fin no necesito ningún ejército: con la discreción me basta. ¡Anu, dios del Cielo, protege mi destino! “.

Cuenta mi abuelo que, mientras esto sucedía entre la reina y su hijo, Friso y Licas, hermanos gemelos pero ahora enemigos, se enfrentaron en el campo de batalla y hasta en la bella ciudad de Babilonia, con resultado incierto en cuanto a la victoria, pero con destrucción de cosechas y vidas de campesinos y comerciantes. La peste asoló la ciudad porque los cadáveres no eran enterrados por falta de tiempo para las exequias. Pero Babilonia, la ciudad de los mil jardines y de los inmensos palacios, sobrevivió a sí misma. Semíramis siguió en el gobierno y Ninias a su lado a pesar de los deseos de la madre. No lo especifica mi abuelo, pero el lector ya podrá deducir la ira y la rabia de la reina cuando se enteró que Nínive, su odiada Nínive, seguía en pie. Esa fue la ofensa que colmó su paciencia. Ahora Semíramis esperaba todas las noches la visita de su hijo, no para darla el beso de todos los días, sino para el último beso. Semíramis hacía mucho que no dormía, y, como decía mi abuelo, “la somnolencia es el fuego donde arde la conciencia”. Una noche Ninias visitó a su madre creyendo que dormía y de sus labios surgieron estos pensamientos:

Ninias - ¡Oh, dioses caldeos, fuisteis generosos, pero no justos! Me disteis la belleza de mi madre, pero no su poder; también su valor, pero no su ambición. He sido educado para gobernar y en ese esfuerzo he perdido la niñez. Todo ha sido un engaño. He estado asido a tus faldas, madre, por una promesa que no ha de cumplirse mientras vivas. Tu empeño en forzar a los hados nos ha traído guerras, pestes, destrucción. Entre todo no hemos hecho más que destruir y destruirnos. Menón, Nino, Licas, Friso, Lidoro, yo mismo y tú, madre, no hemos hecho otra cosa que destruir. ¿Para cuando la paz? ¡Justicia y Razón, grabados por Hammurabi en piedra indeleble, no podéis equivocaros aunque la cuña de la ambición os rompan y os separen! Has tenido tu oportunidad, madre, pero tu ambición ha malogrado hasta tus mejores deseos. Soy caro al pueblo y ve en mí el futuro para Babilonia. No puedo rechazar mi destino aunque me equivoque. Duermes madre ignorando que tu tiempo se ha cumplido. Este es mi beso, mi último beso. Duerme, madre, duerme y si puedes, sueña por última vez.

Pero Semíramis no dormía. Mi abuelo no aclara que paso a continuación y la historia está confusa, pero sí escribió que Semíramis pensaba de esta manera mientras su hijo hablaba en voz baja como hemos visto:

Semíramis - No duermo, hijo, no duermo. Tampoco sueño, porque Ishtar me ha abandonado, Marte me ignora, Venus me rechaza. ¿Dónde estás Marduck, dios de dioses? No importa, porque hace tiempo que ya no creo en vosotros. Ahora sí reconozco en tus palabras el eco de las mías. Gracias por tu beso, hijo, tu último beso.

La solución de Calderón la dejo a la curiosidad insatisfecha de los lectores. Para mi abuelo nunca se supo qué fue de la reina de Babilonia. La leyenda dice que Semíramis, la hija de los cielos, volvió a ellos llevada por unas palomas. Nunca se sabrá a ciencia cierta que pasó aquella noche en que madre e hijo se hablaron por última vez sin saber que se oían, porque cualquier cosa pudo pasar y cualquier cosa pudo pasar a la historia real dado el parecido entre madre e hijo. Sin embargo, mi abuelo pone en boca de Semíramis estas últimas palabras:

Semíramis - ¿Por qué no puedo dormir? ¿Te he perdido para siempre, sueño reparador? Demasiada luz por el día y todos sombras en la noche. Yo no cambié mi libertad por tu vida, viejo Tiresias; me distes un hijo, Nino, esposo, pero los años pasaban y Nínive seguía en pie; Menón, mi general más querido, yo no te saqué los ojos: fue tu amor el que obró esa desgracia; Ninias, hijo, mi querido hijo, eras tu o yo. Te consentí todo, hasta que estuvieras a mi lado a sabiendas de tus ocultos deseos, pero mi vida no había cumplido su ciclo y su fin. Me engañaste con Nínive. Yo te di la vida y yo te la quité: nada te debo. Hubiera muerto por ti si te hubieras aceptado como súbdito, además de como hijo obediente. Y ahora a ti te hablo, sombra de las sombras, vieja dama, siempre inoportuna, porque aún necesitaba tiempo para contrariar las profecías interpretadas por el viejo Tiresias. Lo he sido todo: huérfana, prisionera, libre, esposa, madre, guerrera, reina y... asesina. De la cima a la sima. Que haya retorno, no lo sé, porque ya no creo en los dioses, al igual que no creía en las profecías. El temor a la muerte hace a muchos infelices toda la vida. Yo no, yo hace tiempo que deseo ir en tu barca, barquero de la noche. Dame las tinieblas y déjame perderme en ellas. Ahora, la nada.

No es seguro que esto pensara la Reina de los Cielos. Tampoco lo es que Semíramis siguiera gobernando o fuera Ninias disfrazado de su madre, cosa que no le hubiera resultado difícil dado su parecido, o fuera Ninias como Ninias. El caso es que sobrevino un período de paz: que Lidoro fue liberado de su estado; que Licas y Friso fueron depuestos de sus cargos y sustituidos por otros generales; que Nínive volvió a su esplendor. Todo fue pues confusión y contrariedad, pero la paz fue bienvenida, y la curiosidad por lo sucedido en palacio fue apagándose en el pueblo de Babilonia como se paga la luz de un viejo candil. Para la historia importa los hechos y la lógica de los acontecimientos; para la leyenda, no. Al menos eso aprendí de mi abuelo. No importa porque, como decía él, “el lector elegirá a su gusto y pasará por encima las incoherencias del texto, de cualquier texto, así como de su lenguaje. Sobre todo si el lector es joven, feliz e ignorante, pero sabe degustar el manjar de la invención”.

Ruego disculpen a mi abuelo por la crudeza de su pensamiento.

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Madrid, 5 de febrero de 2010.

Retratos: Álvarez Cascos

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Antonio Mora Plaza

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Vuelve el lobo, pero no por Navidad -como el turrón-, sino por el olor a sangre electoral. Este tipo es de Gijón, de la cosecha del 47, pero los gijoneses no tienen la culpa. Se ha casado 3 veces y ha cosechado -estoy como de vendimia- 6 hijos, a los que deseo toda suerte de venturas y que la genética facial paterna les sea lo más leve posible. Es ingeniero, pero lo costó lo suyo. Su ideario político se reduce a 3 palabras: es antisocialista, anti-PSOE y antibodeguilla, si el inquilino de la Moncloa, claro está, es del PSOE. Pero lo que es una gozada es hacerle un retrato, tanto gráfico como descriptivo. En lo gráfico es un descanso de caricaturistas porque, con un simple y fiel retrato de su rostro, resulta una caricatura sin querer y para descanso de la imaginación. Si se intenta hacer una caricatura queda un esperpento gráfico, género del grafismo que aún no se ha inventado, pero que aconsejo no se inaugure con este tipo de modelo por las posibles patologías maníaco-depresivas. Allá voy con lo descriptivo.

Su rostro, en general, está hecho como de piezas de deshecho de mister Potato -¿se acuerdan del juego?-; las cejas son como de pisada de vaca en un rostro albino. Tienen aquéllas vocación de una sola: quiero decir que es cejijunto de vocación, como ese que cantaba lo de la Ramona pechugona; la nariz, acabada en porra, está especializada en resoplar para las embestidas antisocialistas, haciendo honor con ello a lo de su apellido como pieza protectora pezuñera; de sus ojos lo único que se puede decir es que tienen el mismo radio de curvatura que sus cejas y que ambos, ojos y cejas, resultan armoniosos, insanamente feos, pero armoniosos; su boca está hecha para la infamia, el insulto y la mentira, y esa especialización exige boca grande y fea, lengua inaguantable en la cavidad bucal y labios rechonchados y con restos de esputos y salivazos; por último, el cuello arranca de la barbilla para ocultación de la papada. Su rostro es armonioso, porque no es verdad que siempre la armonía de belleza. Al menos en este caso es una desagradable y difícil excepción, y este es el mayor mérito de su rostro: la fealdad armoniosa, una aportación a la estética de los putrefactos. Su voz es grave, fuerte, estentórea y, en definitiva y en resumen, desagradable, como corresponde a un buen anti-socialista. Cuando nació le dijeron los doctores a su madre: “No se preocupe, a pesar de las apariencias es humano y además es niño”, y pensaron, sin decirlo, que de ser niña habría dudas sobre su especie.

En su día me quejé a la Sociedad Protectora de Animales cuando se le comparó con un doberman, porque luego hay gente que maltrata a los animales por simple asociación de ideas. Parece ser que le gusta la caza y los toros, como a mucha gente, con lo que no lo podemos poner eso en su debe por más que nos gustara. Se dice también que cazó un oso y un urogallo allende nuestras fronteras. A mí eso me parece como su cara, y dejo a la imaginación del lector el adjetivo. En el caso del Prestige se cubrió de mierda, perdón, de chapapote, porque era Ministro de Fomento cuando la catástrofe y mandó el buque averiado y causante de la avería a mar abierto con la esperanza de... no sabemos qué. Dice haber leído a Jovellanos, pero yo creo que es una coartada, porque no parece que se le haya pegado nada del ilustre e ilustrado político, jurista y escritor. Ahora vuelve a la política por si le da un vahído a Rajoy y se muerde su exceso de lengua, o a la Aguirre le llega la menopausia política, o al Gallardón le clavan los suyos la estaca en el corazón, de tal forma que ninguno de los tres se pudiera presentar a las próximas elecciones generales.

Su rentrée la ha preparado para no pasar desapercibido. Ha dicho que: “En el caso Gurtel hay una camarilla policial dedicado a fabricar pruebas”, así, en plan conspiración 11-M y con estilo P.J. Su método es goebeliano, eso de repetir una mentira mil veces hasta que se convierta en una verdad. Para la mentira y la infamia le ayuda su rostro que, como no puedes contemplarlo mucho rato sin daños para el gusto estético, te obliga a pensar en lo que dice o huir si puedes. De ahí mi duda de si nació feo o se ha forjado el rostro para la política y el insulto, que para el son sinónimos. Una vez confundió el déficit público con la deuda pública y Josep Borrell se lo echó en cara, pero el gijonés no se inmutó porque carece del sentido del ridículo y, así, los demás lo sufrimos por él. Es un tema contable: él se abona y nosotros cargamos, es decir, lo de la partida doble. El sentido del ridículo lo tiene amortizado y sin hipotecar: ¡qué surte tiene el jodio! Al ver bailar a la segunda de sus esposas, la educada y nada desagradable Gemma Ruiz, todos los españoles pensábamos: “Sí, pero a pesar todo, ¿cómo se pudo casar con este tipo? Vale que parecía agarrotada y tragasables, y que hay insectos-palos más gráciles, pero ni aún así tiene explicación. A la ex de Cascos la deseo toda suerte de venturas, también. En resumen y siendo generosos, la palabra que define a este tipo es desagradable: lo es cuando se le mira, lo es cuando se le escucha, lo es cuando se piensa en lo que dice, y, en cuanto al olor, lo ignoramos, salvo sus allegados, pero viéndole yo no le asocio con Channel n. 5, lo siento. De nuevo asociación de ideas y sensaciones.

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Madrid, 8 de mayo de 2010.


Peludo, hasta siempre

Peludo, hasta siempre

la luz es el optimismo de la razón

la luz es el optimismo de la razón

muros, ni para lamentaciones

muros, ni para lamentaciones

¿Por qué?

¿Por qué?

planchando la oreja

planchando la oreja

¿naturaleza muerta?

¿naturaleza muerta?

el mamífero perfecto

el mamífero perfecto