28 feb 2010

Mercados financieros contra economía real (III)

MERCADOS FINANCIEROS CONTRA ECONOMÍA REAL (III)

(Se prepara el asalto al euro)

Antonio Mora Plaza

Parece cada vez más claro que el caso griego para los fondos especulativos anglosajones (hedge funds) sólo es la primera escaramuza para la batalla que se avecina. La noticia que viene en el diario francés Le Monde[1] es la de que “los más grandes y célebres fondos especulativos se han reunido en una comida en Manhattan para valorar su poder y deslizar (glisser) el euro a la paridad con el dólar”. No se dice cuáles sean estos fondos, pero seguro que están entre ellos el Goldman Sachs y el Morgan Stanley. En realidad deberían estar todos los grandes anglosajones, porque llevar el dólar/euro del 1,35 a la paridad (1 dólar=1 euro) supone una devaluación de facto del 35% del euro[2]. El interés de estos fondos es que poseen muy probablemente un exceso de liquidez por las ayudas recibidas de su gobierno y quieren llevar a la depreciación del euro para que les sea más barato invertir en títulos en esta moneda posteriormente. Quizá por eso el anuncio de la devolución de los 45.000 millones a la Reserva Federal era más una coartada con el fin de tener las manos limpias para actuar así. Si lo consiguen será muy bueno para sus carteras, pero muy malo para la industria exportadora americana que se encontrará con que sus exportaciones valen menos en euros; por contra, serán beneficiarios los importadores que tendrán que pagar menos en dólares, aunque no cambie el precio en euros de lo importado[3]. Y con el déficit crónico que tiene la balanza de pagos yanqui por cuenta corriente, esto no haría más que agravarlo y hacerse más dependiente de las inversiones de cartera chinas (más de 700.000 millones de bonos americanos en el Banco Popular de China).

Estos asaltos lo suelen preparar las agencias de calificación[4], que no suelen dar una en los pronósticos, pero que son juez y parte en el asunto, porque participan y son participadas, directa o indirectamente, a su vez de estos fondos especulativos. Así, la agencia Standard and Poor´s amenaza con rebajar la calificación al Reino de España para que nos sea más costoso las próximas colocaciones de la deuda pública en el mercado (aumentando el diferencial con el bono alemán). Con ello presionan a la banca española y a las grandes empresas que se financian en el exterior para que presione a su vez al Gobierno español al resultarle más caro colocar a su vez sus emisiones de títulos, tanto en el mercado exterior como interior.

Como se ve, aquí se mezclan dos asaltos, dos golpes diferentes, aunque puedan estar coordinados pese a que no coincidan exactamente los actores. Quieren, primero, poner en dificultades la colocación de la deuda griega, española y las siguientes (Portugal, Italia) para elevar su coste (intereses) y bajar su cotización para comprar después; segundo, un ataque al euro con el fin de su devaluación. Ya he señalado los peligros que eso conlleva para los intereses americanos, pero los gestores de los fondos especulativos sólo les interesa sus carteras y el valor de sus títulos, muy mermados desde el año 2008, incluso antes. El caso Madoff es sólo el que ha visto la luz, pero muchos de estos fondos especulativos, incluso los meros fondos de inversión y de pensiones, deben estar cerca de la quiebra técnica por las pérdidas de sus títulos en el sector inmobiliario.

También cada vez parece más claro la operación de Goldman Sachs y las autoridades griegas en el swap (o swaps) del año 2001, es decir, un año antes de la entrada de Grecia en la UE y la desaparición del dracma. El gobierno de la derecha griego de Karamanlis no podía presentar las cuentas a Europa tal como eran en realidad por no cumplir los requisitos del Pacto de Estabilidad y, en lugar de renovar parte de la deuda pública con nuevas emisiones, lo que hice fue un swap de divisas e intereses con Goldman Sachs. Ambos podían ganar: el gobierno griego porque disimulaba con ello sus balances porque así obtenía dólares provenientes del swap sin emitir deuda; el fondo yanqui a su vez ganaba con el cálculo favorable de los tipos de cambio dólar/dracma o dólar/euro (puede que directamente, puesto que el dracma desaparecía en un año) y con los tipos de interés recíprocos acordados (aunque no es imprescindible que se acordaran tipos de interés). Al vencimiento del swap se deshace la operación, pagando el gobierno griego (es de suponer que a través de su Banco Central, pero tampoco es imprescindible) los dólares acordados y recuperando lo euros. Todas las variantes son posibles, porque este tipo de derivados no están normalizados (OTC, over the counter), a diferencia de los futuros y otros.

Que se decidan al asalto del euro va a depender de que el BCE europeo y la Comisión Europea se decida a defender la moneda en lugar de exigir las suicidas medidas del déficit a Grecia, España, etc. Si los gobiernos europeos anteponen las medidas de mantenimiento del gasto público compensatorio del déficit del gasto privado (consumo) para no entrar en una espiral contractiva de producción-rentas-consumo; si deciden atajar los déficit cuando la economía crezca (aunque no se cree empleo neto) y no mediante un calendario arbitrario o dependiente de las agencias de calificación; si mantienen el gasto social y no permiten que las rentas salariales caigan más en términos relativos que las no salariales; si se mantienen firmes en las políticas compensatorias practicadas hasta hora por los países más importantes del mundo, empezando por los gobiernos USA (incluido el del ex-alcohólico Bush), entonces estos fondos desistirán de más ataques discriminatorios a las deudas públicas de determinados países para centrarse en el ataque global al euro. Y ahí debemos defendernos todos y no sólo uno a uno. Hay que tener en cuenta que los fondos también asumen riesgos, porque si no les sale la jugada o no son suficientemente solidarios y conjuntos en sus asaltos a las deudas públicas, pueden salir trasquilados. Primero, porque en sus carteras, directa o indirectamente, en fondos de fondos, tienen también títulos de Grecia, España, Italia, etc.; segundo, porque al ser fondos especulativos, sus posiciones cortas (vendedora) no las han cubierto con posiciones largas (compradora), por lo que cualquier variación de las cotizaciones de los títulos emitidos en dirección contraria a lo planificado, tanto de deuda pública como privada, van a tener que pagarlas con sus reservas, si es que la tienen, dado su alto grado de apalancamiento en estos momentos (pasivos/activos, deudas/derechos). Como última solución pueden hacer la operación contraria en el mercado al contado al albur de la cotización en ese momento.

La Unión Europea debe cambiar las reglas del juego. Creo al menos en estas medidas: 1) debe dejar de exigir la suicida medida del 3% del déficit y centrarse en la relación entre Deuda Pública y PIB; 2) debería estudiar la posibilidad de dotar al BCE de potestades para suscribir las emisiones de deuda pública de los estados miembros, con todas las condiciones y limitaciones que se estimen (siempre que no anulen su eficacia), y con ello evitar que los Estados tengan que salir al mercado y ser pasto de estos tiburones (hedge funds) y de las casandras de las agencias de calificación; 3) debería estudiar una medida que consistiría en que los estados miembros, en lugar de emitir deuda cada uno por separado o complementariamente con ello, pudieran acceder a una cuenta abierta en el BCE europeo para y sólo para sus finanzas públicas. Estas cuentas tendrían sus intereses positivos y negativos, a favor o en contra, según que los saldos de las finanzas tuvieran superávits o déficits; 4) deberían estudiar la lucha conjunta contra el fraude fiscal y la economía sumergida (dicen que un 40% en el caso griego); 5) también podrían contemplar medias de premio y castigo con los éxitos de estos combates y mostrarse a favor de que el gasto social adquiera unos mínimos en todos los Estados. Cambiar en definitiva algunas de estas reglas burocráticas que rigen en la UE y que los tiempos han demostrado erradas y contraproducentes.

Madrid, 26 de febrero de 2010.

25 feb 2010

Mercados financieros contra economía real (II)

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Antonio Mora Plaza

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Cuando se emplea la palabra “mercado” en general y, en particular, cuando se habla de “mercados financieros”, se piensa o se identifica esto con la competencia. Esta, si se da, es en general una buena noticia, porque indica que, fruto de la lucha de los oferentes de bienes y servicios -en este caso servicios financieros- frente a una demanda dada, los precios de estos servicios tenderán a abaratarse, acercándose a los costes. Por eso nunca aparece la palabra competencia y sí “mercados” a secas, con el consiguiente calificativo del tipo de mercado y no del grado de su poder para manipular los precios. Todo esto viene a cuento con el caso griego. Con este país, y fruto de su déficit de más del 12% heredado del gobierno de derechas de Karamanlis (equivalente al P. P. español), los llamados mercados financieros -en este caso de títulos- parecería que han actuado cumpliendo su deber y han encarecido la renovación de la deuda pública griega e incluso han puesto en peligro su renovación de forma merecida. Así se presenta el hecho en los medios de comunicación neoliberales. Parece un hecho objetivo, donde los mercados castigan la mala política del gobierno griego. No se distingue si esta política ha servido precisamente para afianzar industrias y finanzas privadas griegas o ha sido por y para el mantenimiento del gasto social. Los mismos que se beneficiaron de la teta del Estado para evitar su ruina -lo cual provocó los déficits heredados por el nuevo gobierno de Papandreu- ahora castigan al país por tener esos déficits. Es el mismo caso de España, USA, Reino Unido, etc. Pero la actuación impúdica y criminal de estos “mercados financieros” es más grave cuando se descubre que estos “mercados” tienen nombres y apellidos, y que son todo menos competitivos[1].

Detrás de los “mercados”[2], inocentes plazas públicas electrónicas donde se opera a la velocidad de la luz, están las actuaciones de fondos especulativos por su comportamiento como “Moore Capital”, "Fidelity International y Paulsen and Co." (ambos estadounidenses) y “Brevan Hovard” (británica). Por sus obras les conoceréis. Su misión no es precisamente -o no sólo ni principalmente- tomar dinero de los ahorradores y prestarla a los inversores (de bienes reales), sino la de meros tiburones especulativos. Según el CNI griego, estas entidades vendieron bonos estatales griegos (deuda pública) en la mañana del 19.2.2010 y los recompraron al final de la jornada a precios reducidos. La noticia ha salido en algún medio de comunicación, aunque no explica cómo pudo salirles la jugada, el riesgo con el que lo hacían y si tenían alguna otra intención, además de la de hacer caja a corto plazo (¡en un día!, más corto imposible). Se avanza alguna hipótesis sobre si se trataba de un ataque especulativo al euro. Creo que esta hipótesis es un error, además de una cortina de humo y, en realidad, es de inocentes creer que un fondo de inversión relativamente pequeño pueda poner en peligro la moneda más solvente del mundo junto con el dólar. Creo que la explicación es otra. Cuando un fondo especulativo se presta a una operación de este tipo es porque tiene muy seguro que su comportamiento (al vender títulos de la deuda griega) va a provocar una bajada en la cotizaciones del bono griego, no sólo por el aumento de la oferta (venta) de su cartera, sino porque se va a producir un efecto rebaño de otras carteras más diseminadas, que no pueden actuar solidariamente comprando esos títulos inmediatamente vendidos ahora y, con ello y por ello, con la cotización a la baja. Lo que hacen por tanto el resto es vender a su vez, al igual que estos tres fondos, lo cual hacer caer aún más el precio de los bonos; y antes de que amanezca el nuevo día, estos tres tiburones de las finanzas compran a precios rebajados lo que ellos mismos vendieron -incluso más-, obteniendo un pingüe beneficio sin mayor esfuerzo que estar ahí, no en condiciones de competencia, sino en condiciones de oligopolio o monopolio.

Pero la cosa no para ahí, porque puede haber una segunda intención a largo plazo. En efecto, al colocar en un brete a las finanzas públicas griegas ante las dificultades de renovación de sus emisiones de bonos, están obligando a que el gobierno griego tome medidas contra el gasto público, es decir, contra el gasto social, para bajar salarios, facilitar el despido, bajar las pensiones, etc. Con ello, aunque la tarta del PIB se reduzca -como el caso español- o se mantenga, el reparto entre rentas salariales y ganancias (o no salariales en general) quedará sesgado hacia las ganancias; y con ello y por ello, las cotizaciones de estos bonos en poder de estos fondos subirán. ¿Y acaso un pequeño o 3 pequeños fondos de inversión sacan ganancias significativas de este comportamiento, arriesgando con esa operación especulativa en un mismo día? Creo que no. Creo que detrás de esto están otros grandes fondos de inversión, que tienen intereses más globales y a más largo plazo, se han mantenido al margen consensuadamente durante ese día para no caer en la tentación de comprar a las pocas horas los bonos vendidos y elevar con ello las cotizaciones. De hacerlo, los 3 pequeños tiburones habrían perdido dinero con la operación y, probablemente, quedarían en una situación difícil (o de quiebra). Y sabemos que 3 de los más grandes fondos de inversión son el “Goldman Sachs”, el “J. P. Morgan” y el “Morgan Stanley”[3], fondos que han recibido ayudas generosas por el gobierno americano y que ahora solicitan devolver los 45.000 millones de dólares prestados. Estos 3 grandes fondos están moviéndose: el Morgan Stanley pretende vender ¡60 millones de acciones! a un banco chino y a un fondo soberano también chino; Morgan Stanley y JP Morgan ampliarán capital en 2.200 millones de dólares y 5.000 millones, respectivamente; este último espera pérdidas en sus tarjetas de crédito del 9% que obligan a compensarlas con otras líneas de negocio. Es decir, se están proveyendo de liquidez para iniciar un nuevo asalto.

Como se ve, en este mundo de los fondos de inversión nada tiene que ver con la apacible idea de que actúan como buenos intermediarios entre el ahorro y la inversión en el mundo de lo privado. Nada de eso. Cuando van mal dadas asaltan la teta del Estado por las buenas -presiones, comunicados, prensa afín, etc.- o por las malas. El euro ha puesto en un aprieto al mundo de los negocios especulativos de estos bancos o fondos de apariencia afable. Hace casi dos décadas, cuando no existía el euro, los fondos de inversión atacaron discriminadamente algunas monedas europeas, vendiendo títulos denominados en las divisas de los países puestos previamente en tela de juicio mediante un bombardeo mediático. Los bancos centrales actuaron comprando sus monedas con sus reservas en dólares y otras monedas consideradas estables; se vio pronto que esto no era suficiente y lograron estos fondos que la lira y la peseta devaluaran varias veces y sacaron a la libra de la serpiente europea, es decir, lograron que las reservas del Reino Unido no fueran suficientes para mantener su moneda dentro los límites -por arriba y abajo- establecidos (de ahí lo de serpiente). Con todo ello y fruto de la devaluación de la peseta y de la lira, ganaron cuantiosos beneficios, comprando con los mismos dólares títulos que ahora valían menos al cambio. Ahora ¡aún no se han atrevido en realidad! con el euro mediante operaciones de este tipo. Pero eso no frena a los tiburones cuando huelen ganancia. Ahora se lanzan contra las finanzas públicas discriminadamente y por orden de debilidad, es decir, contra la necesidad de los estados de financiar sus déficits con deuda pública, tal como se ha venido haciendo por todos los estados del mundo, empezando por el propio gobierno federal yanqui. Pero la oportunidad es de oro si, fruto del miedo a profundizar en la crisis, en el desempleo, en las pensiones, los gobiernos de los países supuestamente más en dificultades (Grecia, Portugal, Irlanda, España, Italia, Reino Unido) se dejan atrapar por el pánico creado por la actuación de esos mismos fondos que ahora reclaman medidas excepcionales. En el caso de España, aliados de estos fondos, son el P. P. y medios de comunicación como Cinco Días, Expansión, El Economista, El Mundo, Intereconomía, Tele Madrid y algunos más[4]. Y muchos de estos medios se mantienen a veces en la palestra mediática de forma inexplicable (es decir, supuestamente por sólo su publicidad). Resulta curioso que el Reino Unido, que está incluso en peor situación que España, no ha sido objeto su moneda de ataques de este tipo. Es verdad que su ventaja es que puede devaluar en un momento determinado y puede coger a esos tiburones en su propia trampa.

¿Qué hacer? A corto plazo hacer como si no existieran los tiburones, tanto los pequeños como los grandes. Si estos llegan a la conclusión de que los gobiernos no se van a dejar intimidar por su poder especulativo irán retirándose porque ellos corren también un riesgo y sólo lo pueden rebajar actuando coordinadamente, consensuadamente. Es la teoría de los juegos y el paradigma del dilema del prisionero. Los gobiernos sólo se tienen que preocupar de la economía real y dejar a los intermediarios financieros su mercado para que se devoren en su propia salsa. A largo plazo, hay una medida que acabaría con estas actuaciones especulativas sobre las finanzas públicas, pero que pondría a los neoliberales en situaciones golpistas (si pudieran), y es la posibilidad de que el Banco Central Europeo[5] suscribiera directamente la deuda pública emitida por los países soberanos. Con todas las limitaciones que se quiera y en situaciones excepcionales, pero que esta posibilidad existiera. El sólo hecho de su posibilidad sería una tisana para los nerviosos tiburones, porque la renovación de la deuda ya no dependería de los ataques especulativos, sino de decisiones políticas de las instituciones europeas en coordinación y consenso con la de los estados soberanos. Aunque hubiera diferenciales con el bono alemán en la emisión de deuda, no habría la posibilidad de estigmatizar a un país y ponerle contra las cuerdas; y ello por más que tuviera que pagar el diferencial de los intereses con el bono alemán en el caso europeo. La otra medida es la creación de una entidad pública del crédito que actuara con sus servicios (avales) y préstamos de forma anticíclica y anticrisis. Ya lo he explicado en otras ocasiones en esta misma tribuna[6].

Madrid, 23 de febrero de 2010.



[1] Esto nos lleva a la nefasta “autorregulación”. Véase “Autorregulación y mercados financieros”, de Jose Manuel Cuenca Miranda, en ICE: http://www.revistasice.com/cmsrevistasICE/pdfs/ICE_801_123-144__A63059E9DE63733CBD8451DFCDB70819.pdf

[2] Una excelente página académica sobre los mercados financieros es este trabajo: “Desarrollos de mercados financieros”, de Simon T. Gray y Nick Talbot, del Centro de Estudios Latinoamericanos, 2009: http://www.cemla.org/pdf/pub-en-81.pdf

[4] Los fondos españoles están vendiendo títulos para proveerse de liquidez para estar preparados para el asalto al Reino de España o a cualquier otro país que se sospeche que pueda ceder su gobierno en sus medidas sociales. Véase esta noticia en “elEconomista.es”: http://www.eleconomista.es/fondos/noticias/1915352/02/10/Los-gestores-ya-no-confian-tanto-en-el-buen-paso-del-crecimiento-economico.html

[5] Para ver el análisis y la posición del Banco Central Europeo en la actualidad: “Financial Stability Review” del “European Central Bank”: http://www.ecb.europa.eu/pub/pdf/other/financialstabilityreview200912en.pdf?72d07ab8c626532c2db8af57c30af780

[6] Ver “Sobre qué hacer con el sistema financiero”: http://www.nuevatribuna.es/noticia.asp?ref=11269

18 feb 2010

Mercados financieros contra economía real

Antonio Mora Plaza

El caso griego ha puesto en un brete a la Unión Europea, al Pacto de Estabilidad y Crecimiento y a las concepciones neoliberales que imperan entre las autoridades europeas (también en el FMI, BM, etc.). La derecha en Grecia, al mando del gobierno hasta octubre del año pasado (gobierno Karamanlis), ha engañado a la Unión Europea presentado cuentas de las finanzas públicas con un 3,7% de déficit cuando en realidad sobrepasaba el 12%. Como además la deuda pública griega sobrepasa el 100% del PIB, la Administración griega y el nuevo gobierno socialista de Papandreu se ha encontrado sin margen fiscal y presupuestario para actuar a corto plazo y en plena crisis. El rescate europeo se ha hecho imprescindible, aunque no esté previsto en los estatutos de ninguno de los organismos de la Unión; de lo contrario cualquier intento de emisión de deuda para pagar los gastos sociales (y en general los de las Administraciones) se haría con unos diferenciales de tipos con respecto al bono alemán insoportables; es más, si la Unión no avala e incluso suscribe esa deuda, podría darse el caso de que las posibles emisiones de deuda se quedaran sin cubrir. Estos desmanes de la derecha europea lo pagaremos los europeos con algo de inflación e impuestos por el trato diferencial en los tipos del Banco Central Europeo a las finanzas públicas y privadas griegas. Los mercados financieros, de divisas, de derivados, se han puesto una vez más contra el país en dificultades, intentando compensar o salvar las inversiones financieras residenciadas en tierra e instituciones griegas. De no ser así, es decir, de no existir un trato diferencial, ahora privilegiado para las finanzas públicas griegas y para los bancos privados griegos, serían estos últimos los que tarde o temprano verían peligrar su solvencia al no poder captar recursos directa o indirectamente a tipos también privilegiados. Nada nuevo, salvo que el engaño ha cogido a las autoridades europeas con el culo al aire.

Pero lo peor está por venir por parte de estas autoridades, porque ahora exigen medidas neoliberales para sacar al país heleno de su crisis. La peor de estas medidas, la más demoledora, es la de tratar que su déficit se reduzca de este 12,7% al 3% (PEC) en 3 años. Lamentable. Para que eso ocurra en un país con un 40% de economía sumergida, con un PIB que es la cuarta parte del español (10% de la Unión), ha de ser a costa de una reducción del gasto de las administraciones públicas griegas tan brutal que provocará con toda seguridad una recesión también brutal (ahora el crecimiento es cero) y una reacción de funcionarios y asalariados. Todo por cumplir un requisito irracional y arbitrario como es lo del 3% del déficit. ¿Por qué el 3% y no el 1% o el 7%? Sólo se puede explicar la imposición de este criterio por lo que he llamado el síndrome de Weimar, el miedo cerval a la inflación. Otra cosa distinta es la Deuda Pública. Aquí el análisis económico determina que ha de haber una relación entre los intereses de la deuda y el crecimiento medio a futuro del país. No entraré en análisis más detallado, pero es fácil comprender que el aumento de deuda, que es un impuesto para las generaciones futuras, ha de pagarse -amortizarse- tarde o temprano- el principal más los intereses. El principal es verdad que puede perdurar como deuda amortizándose con nuevas emisiones, pero un aumento de los intereses pueden ocasionar un punto de no retorno a situaciones de equilibrio si no se toman medidas excepcionales. Aún así, esta relación entre crecimiento de los intereses de la deuda y crecimiento económico[1] es exagerada para la ortodoxia, porque estas medidas excepcionales no debieran ser tales: aumento de la lucha contra el fraude, nuevas figuras impositivas o aumento de tipos, que permitan mayores ingresos para las dos cosas: disminución de los déficits presupuestarios y amortización excepcional de deuda[2]. Esto es lo que ha hecho el gobierno español socialista desde que comenzó su andadura en el año 2004. Curioso resulta la bicha del déficit para la derecha; la usan como un espantajo para amedrentar a la sociedad y allegar votos, porque intentan hacer creer a sus votantes que es lo mismo un déficit familiar (menos ingresos que gastos) que un déficit en las Administraciones Públicas (véase al registrador de la propiedad, el Sr. Rajoy), sin tener en cuenta la paradoja de la agregación y los efectos keynesianos del gasto a corto plazo. En efecto, si las Administraciones de un país no intentan compensar la bajada de algunos de los componentes de la demanda agregada privada (consumo privado, inversión privada, exportaciones menos importaciones) con gastos e inversiones públicas, se pone en marcha el desmultiplicador (keynesiano/kaleckiano) de la economía: a menos consumo, menos producción de bienes y servicios, menos renta de los factores (salarios y ganancias) y, de nuevo, menos consumo. ¡Que alguien se lo explica al registrador de la propiedad de la derecha, please!

En el caso español el Gobierno, en este importante aspecto, ha actuado correctamente desde que comenzó su andadura en el 2004: fue amortizando gran parte de la deuda heredada del nefato gobierno de Aznar hasta dejarla por debajo del 40% hasta hace un año. Ahora, en los momentos de crisis, ha tirado de élla para provocar el efecto compensatorio antes aludido, de tal manera que la demanda agregada del 2009 y del 2010 no caiga por debajo de años anteriores. Si acaso cabe reprochársele que haya escuchado demasiado los cantos negros y apocalípticos de la derecha neoliberal española, internacional y de los mercados financieros (de especuladores oficiales), y no lo haya hecho antes y con más ahínco. Las cuentas que ha presentado al ECOFIN[3] recogen un déficit del 11,4% sobre PIB para el año 2009 y una Deuda Pública del conjunto de las Administraciones del 65,9% (sobre PIB) a finales del 2010, con un máximo de un 74,1% para el 2013. Con ello aún estamos por debajo de la media del UE-27, que está en el 80%. Creo que en este punto el Gobierno Central ha hecho los deberes y ha estirado al máximo el déficit y la deuda hasta límites aceptables para los intereses del conjunto de la economía real[4]. Claro está que a los mercados financieros, intoxicados por medios de la derecha, se han lanzado contra el Reino de España en una semana para forzar al máximo las medidas a tomar por el Gobierno de la Nación para hacer como en el caso griego: reducir drásticamente los déficits previstos. Ocurre que el caso español no es el caso griego por mucho que se empeñe el Sr. Almunia, el ABC, El Mundo, Intereconomía, Tele Madrid, el Financial Times, etc.

Ahora bien, todo puede suceder si el gobierno socialista se deja embaucar por estos tipos, por estos medios, por la horca del neoliberalismo, que antepone los movimientos especulativos a la economía real y pretende solucionar a su manera lo que a su manera han ocasionado desde hace casi 2 años: una recesión rápida y brutal de la economía mundial, con alguna excepción notable, como la economía China y, aunque en menor medida, como las economías latinoamericanas. Si el Presidente de Gobierno siguiera los consejos -los pocos que es capaz de hacer explícitos- del Sr. Rajoy estaríamos abocados al desastre. Bajar ahora los impuestos supondría menos gasto público a corto plazo, menos gasto social -que es muy elástico al consumo-, menos producción, menos rentas, menos consumo a su vez, y la espiral contractiva se profundizaría hasta límites... llamemos... griegos. Cualquier pacto con la derecha españolista, con el P. P., supondría ahora un desastre incalculable. Más aún, la izquierda y los sindicatos deben avisar al Gobierno Central y también a los Autonómicos que obligar una bajada del déficit del 12,7% actual al 3% del PEC en tan breve plazo antes de salir de la recesión y volver al crecimiento económico, supondría hundirnos en el caso griego. Sólo hay que poner el ojo en la Deuda Pública como guía y límite de las finanzas públicas y aparcar el tema del déficit hasta que se avizoren y se sienten las vacas de la economía, si no gordas, sí algo más lustrosas que las actuales.

Tenemos además un problema financiero y es el de la notable caída de los créditos del sector privado, pasando de un incremento del 19% de los saldos vivos del sector del año 2006 al 2007, del 12,3% del 2007 al 2008 y del 7,3% del 2008 al 2009 en términos monetarios (sin deflactar)[5]. De ahí la necesidad de de ir a la búsqueda de una banca pública que tenga un comportamiento anticrisis y anticíclico. El ICO actual no es suficiente, pero un ICO triplicado sí podría ser el embrión de esa hipotética entidad pública del crédito compensatoria[6].

En cuanto al mercado laboral ya he defendido la partición y aumento del salario mínimo entre contratos definidos (con costes de despido) y temporales (sin coste de despido), aumentando notablemente los salarios mínimos de estos últimos como manera transitoria e inercial de acabar con la dualidad del mercado de trabajo.

Por último, mientras España esté a más de 5 puntos porcentuales de gastos públicos sobre la media de la Unión Europea (UE-27) seremos y estaremos un país en precario en lo referente al gasto social, y más débil y con menos recursos ante crisis y recesiones internacionales. Y la receta antineoliberal es siempre la misma: más y mejor lucha contra el fraude, más ingresos públicos derivados de los impuestos directos[7].

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Madrid, 19 de febrero del 2010.



[1] Condición de transversalidad.

[2] El saldo vivo de la deuda en un determinado momento podríamos decir que es la integral (suma) de los déficits del pasado, por lo que actuar contra la deuda (amortizarla y pagar intereses) es actuar también contra el déficit.

[4] “Introducción: la sostenibilidad de la política fiscal”, Eduard Berenguer, U. de Barcelona: http://www.ief.es/Publicaciones/EstudiosHda/ContabGener_Introduccion.pdf

[5] Banco de España / Indicadores Económicos / Financiación a los sectores no financieros. Residentes en España: http://www.bde.es/webbde/es/estadis/infoest/e0805.pdf

[6] Ver “Sobre qué hacer sobre el sistema financiero”: http://www.nuevatribuna.es/noticia.asp?ref=11269

[7] Ver “La estructura tributaria europea. Un estudio comparado”, de F.J. Delgado Riviero, U. de Oviedo: http://www.ief.es/publicaciones/revistas/Cronica%20Tributaria/133_Delgado.pdf

13 feb 2010

Los 80 millones: error económico y probable delito

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por Antonio Mora Plaza

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Desde el punto de vista ético nada más repugnante que la jubilación privada de 80 millones de euros para el Sr. Francisco González, presidente del BBVA. Ya lo fue en su día la del consejero Goirigolzarri, aunque este tenga el mérito de su impronunciable nombre. En efecto, cuando hay viudas cobrando pensiones de menos de 400 euros, cuando el salario mínimo no llega a 700 euros, cuando sobrepasan los 4 millones de parados registrados, esta cantidad es injustificable desde cualquier punto de vista ético, incluso si ese punto de vista es meramente kantiano. Pero es que además es injustificable desde el punto de vista económico, incluso con la economía neoclásica pasada por el tamiz del neoliberalismo ideológico. Lo es por los siguientes motivos: 1) no existe un mercado mínimamente competitivo de “ejecutivos en camino de la jubilación privada”, con su oferta y su demanda que pueda contrastarse su punto de equilibrio y que justifique esos 80 millones. Eso sólo podría ocurrir en un mercado a futuros o de opciones que se negociara en el momento de entrar a trabajar el precio de la jubilación privada (a futuro) o pagado una prima en el momento de elegir esa opción. Nada de eso existe de forma estable, competitivo y transparente. Por lo tanto, esos 80 millones no tienen justificación ni siquiera para los que creyeran que eso que se llama “el mercado” determinara ese gasto desde el punto de vista de la asignación óptima de los recursos (ni los del banco, ni en términos generales). Existe, sin embargo, el mercado de fondo de pensiones que, con aportaciones mensuales, se obtiene un monto de jubilación o se rescata en otras circunstancias adversas anticipadamente. ¿Acaso tiene este señor aportaciones mensuales suficientes que determinen ese monto de 80 millones a cobrar de una tacada? Seguro que no. Además esas cantidades están limitadas para acogerse a la ley de Fondos de Pensiones. Si esto es así, lo que ha hecho el Sr. González -con el beneplácito del Consejo de Administración- es “una apropiación indebida de recursos del banco”; 2) ahora, cualquier ejecutivo que quiera jubilarse por lo privado va a mirar anhelante este pésimo precedente para estirar y justificar su demanda de “jubilación privada” (el lado de la demanda si existe) por lo alto, aumentando los costes presentes y futuros de las entidades financieras. Es un “efecto-demostración” pésimo e injustificable; 3) tendrá efectos perversos en la asignación de “ejecutivos de las entidades financieras” -y quizá en el conjunto de las grandes empresas-, porque los malos gestores tienen un ejemplo en esta jubilación privada, sobre todo si esos ejecutivos tienen la categoría de presidentes o de consejeros delegados, para forzar la salida de forma privilegiada cuando se tiene el poder suficiente para ello; 4) la dirección de la entidad y el propio Sr. González se ufanan de que no han pedido ayuda ni préstamos al BCE en los momento de crisis y ello le sirve para decir que son “dineros privados del banco”, que es el BBVA. Esto es una burla, porque más parece que esa ayuda no se ha pedido precisamente para tener una justificación de esa jubilación privada de cara a los accionistas, depositantes y empleados. Pero ello ha supuesto unas pérdidas cuantiosas para el banco, mucho mayor que los 80 millones, por la diferencia entre el tipo de interés privilegiado del BCE (el 1% hasta ahora) y los tipos de interés que ha pagado el banco para obtener estos mismos recursos. Y esto es una gestión pésima, a la que hay que añadir con dolo si el motivo era precisamente tener la manos “limpias” para el retiro dorado del Sr. presidente González (Francisco); 5) si no hay una justificación económica, sólo se explica esta magnánima jubilación privada por el poder acumulado por el Sr. González dentro de la entidad. Y esto es una pésima noticia también para los Consejos de Administración y Juntas de Accionistas de grandes empresas, porque demuestra que ambos organismos de decisión y/o gestión son meras comparsas de presidentes y consejeros privilegiados. Al menos eso es lo que trasciende y, en este mundo de la imagen, importa más parecerlo que serlo.

Por todo lo anterior, creo que en este retiro hay indicios delictivos “de apropiación indebida y gestión preconcebida con dolo”. El daño hecho a la entidad BBVA puede ser irreversible. Dirán los gestores que se quedan -y hay que ser tonto para los que se quedan justificar todo esto- que se ha hecho con el dinero ganado por el banco y por el propio Sr. González. Claro, contablemente, puede justificarse en un primer momento como cargo a los recursos humanos del banco, pero tarde o temprano se tendrá que regularizar esa partida y será en ese momento la hora de comprobar contra qué se regulariza, contra qué partida de recursos propios o provisiones o previsiones. El banco no maneja recursos propios nada más que en una cantidad casi insignificante: la parte, no del león sino de la manada, son de los depositantes y cuentacorrentistas, y estos también tienen algo que decir. No digamos los accionistas, que serán los primeros en notarlo tarde o temprano. Habrá que vigilar en el futuro a esta entidad bancaria, porque su gestión futura, su petición de recursos al BCE, sus dividendos, las relaciones laborales dentro de la empresa, están comprometidas e hipotecadas por estos hechos: por los 80 millones de la jubilación privada, por la actuación probablemente dolosa explicada y por la pérdidas de ingresos derivados del no recurso del crédito privilegiado al Banco Central Europeo en comparación con el resto de las entidades. Aquí creo que tienen mucho tajo los sindicatos y el propio Comité de Empresa del BBVA.

Madrid, 13 de febrero de 2010.

7 feb 2010

Test para banqueros

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Antonio Mora Plaza
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Si trabajas en banca o caja de ahorros tienes una oportunidad de conocer si los gestores, directores, presidentes, consejeros y, en general, los deciden sobre el crédito en el banco o caja son tontos o inteligentes. Si trabajas en otro sector ya no es tan fácil. Verás, si como empleado puedes acceder a algún directivo -como ha sido mi caso- de tu empresa puedes valorar si el banco está en buenas manos o si las dudas sobre la gestión se tiñen de pesimismo. Verás. Si ese directivo que decide sobre las líneas del crédito y la gestión piensa o cree en el mercado como guía y verdad suprema de la asignación óptima de los recursos -en este caso del crédito-; si defiende eso de que cuanto menos Estado mejor; si achaca al Gobierno de la Nación los males de la economía y la presente crisis; si no responsabiliza para nada a los gobiernos autonómicos (que ejecutan el 50% del presupuesto) de nada; si responsabiliza al Gobierno de las subidas y bajadas de los tipos de interés, de las variaciones de las cotizaciones de títulos y derivados; si dice que hay que esperar como entidad a tiempos mejores para dar créditos, avales; si defiende el despido libre; si dice que ahora, en plena crisis, hay que ahorrar como dice el P. P., y si además de todo esto se dice liberal y hasta progresista porque recibe a los sindicatos y sindicalistas y habla con ellos de tú a tú como si todos, bancarios y banqueros, fueran una gran familia dotados con los mismos remos, después de todo eso, no lo dudes: ese banquero es tonto. Estos banqueros se equivocarán siempre en la estrategia, en las grandes decisiones, e intentarán compensar con la gestión diaria, con la táctica sus errores anteriores. Siempre se considerarán víctimas de las crisis y de los ciclos y nunca protagonistas y menos culpables de los mismos. Nacieron tontos, quizá de buena familia, y llegaron a banqueros directamente, sin pasar por el tamiz del estudio y la reflexión. Además creerán que han llegado por méritos propios y nunca ajenos. No tienen solución. La única solución para la entidad es que pierdan el cargo de decisión y cambien de profesión, y no digo yo que vayan al paro porque eso no se lo deseo ni a los tontos.
En cambio, si ese banquero ha comprendido la paradoja de la agregación, es decir, que no siempre ocurre -más bien nunca- que la guía del interés particular es la misma que la general; que los bancos son parte de la causa y también de la solución de la crisis actual; si entienden y acotan la capacidad de maniobra del Gobierno de la Nación y del Banco de España -casi una sucursal del Banco Central-; si defienden que en una situación de caída de la demanda agregada como la actual el Gobierno de la Nación y los autonómicos deben compensar esa caída aumentado el gasto público, aunque ello suponga un aumento del déficit y de la deuda pública; si son keynesianos a su pesar, aunque no sepan que lo son, incluso aunque hallan sido educados o formados -o deformados- en una escuela de negocios; si entienden qué es eso de la oferta monetaria y de la capacidad de expandir o contraer el crédito del sistema a partir de las decisiones de cada entidad; si se preguntan -como se preguntan los economistas con más luces- que el problema ahora no es entre neoliberalismo o keynesianismo, sino que la cuestión es a partir de qué momento y cantidad de gasto público éste debe interrumpirse o seguir en la misma senda; si valora en definitiva el peso y la necesidad de lo público para no caer en la neurosis de pedir con una mano del realismo el remedio y negarla con la ideología con la otra, entonces ¡enhorabuena!, esa entidad está dirigida por una persona inteligente, que acertará normalmente en la estrategia, en las grandes decisiones, aunque pueda equivocarse -como todo el mundo- en alguna decisión particular. Sin embargo, con ello, con esa mentalidad, podrá rectificar, y normalmente saldrá airoso o airosa de la gestión vista con la perspectiva del tiempo y del espacio.
Para el resto de las empresas y sectores no podemos exigir que las dirijan este último tipo de directivos. Ellos estás inmersos en su empresa y sólo tienen visión real de su sector. No entienden normalmente la paradoja de la agregación y echarán la culpa al Gobierno de la Nación -nunca a los autonómicos- de la causa de sus desgracias económicas, sean cuales sean sus negocios, sean cual sea su tamaño -me refiero de la empresa-. No podemos pedir que sean inteligentes en la compresión del sistema porque para eso no sólo es necesario tener algo de talento para el negocio: además hay que estudiar. A partir de cierto nivel de dificultad y complejidad la experiencia se ahoga en sí misma y no sirve casi para nada. Y además hay que estudiar con espíritu crítico, porque si te toca un señor que dice las tonterías del Sr. Montoro del P. P., entonces corres el peligro de convertirte en un necio sin percatarte de que lo eres, con lo cual se cumple la propia definición del término. Y puede ocurrir, porque este señor por increíble que parezca, es catedrático de economía. Siento que el test sólo valga para directivos de bancos y cajas, porque de lo contrario se le podría aplicar al Sr. Díaz Ferrán, aunque el resultado es esperable. Si se me ocurre alguno para otros sectores lo escribiré, pero ahora mismo confieso que no se me ocurre cómo. ¿Será que se me ha pegado algo de este Montoro? ¡Horror!, porque si acaso me siento culpable y pecador por esta mala compañía intelectual -por decir algo- no me sirve la confesión porque encima soy ateo.


Madrid, 5 de enero de 2010

2 feb 2010

Unas notas sobre el tema de las pensiones

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Antonio Mora Plaza
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Es, por desgracia, un tema de actualidad porque ocurre siempre que en los períodos de crisis nos acordamos de Santa Bárbara. Es un tema recurrente y siempre de forma negativa y, sin embargo y al igual que el teatro, parece tener siempre una mala salud de hierro. Es también ahora un gancho en el que agarrarse para los neoliberales, ahora que han salido derrotados en sus esquemas analíticos e ideológicos con la crisis financiera mundial, causa y consecuencia de la recesión mundial. Pero aquí no va a colar. Es verdad que se está produciendo un aumento lento de la proporción de la población pasiva sobre la activa y que la Unión Europea tendrá trabajo para las próximas décadas, pero no ahora ni para España. Nosotros tenemos al menos 2 colchones para salvaguardar el sistema de pensiones en al menos 2 décadas. Veamos:

a) El primer colchón es nuestra baja proporción de ingresos por impuestos (tax revenue) respecto a los países de la Unión. Según datos de Eurostat en el año 2006 (últimos datos que presenta la oficina de recogida de datos) España tiene una participación de ingresos públicos (incluidos la Seguridad Social) del 37,1%, frente a la media de la Europa de los 13 que es del 41,8% y la de los 27 que es del 41,2%. Francia participa en un 46,1%, Italia en un 42,6, Alemania un 40,6%, e incluso la liberal Gran Bretaña nos supera con un 39%. Si hemos sobrepasado ya el billón de euros de PIB, eso significa que cada punto de participación de los ingresos públicos respecto al PIB son algo más de 10.000 millones de euros en términos absolutos. Sólo con situarnos en la media de los 27 -que no es mucho pedir- ganaríamos 3,9% punto porcentuales (41,2% menos 37.3%), lo que representa 30.900 millones de ingresos nuevos por año para las arcas públicas. Con esta cifra tenemos garantizado el sistema de pensiones para al menos dos décadas. Además, después de la crisis y por obra de un mayor aumento del fraude en algunos impuestos, la brecha entre esta proporción de gasto público por PIB ha aumentado en España frente a la Unión Europea. El que tenga dudas que compare la caída de la recaudación en España en impuestos como el IVA, Sociedades o Rentas, y la caída de los ingresos derivados de estos mismos impuestos en nuestros vecinos europeos. Por tanto, menos demagogia y más integrarnos en Europa a todos los niveles, también en nivel de gasto público por PIB y de gasto público social por PIB, gasto este aún más retrasado que el gasto público global respecto a la Unión Europea.

b) El segundo colchón son los inmigrantes, porque estos representan en los primeros años una proporción de activos sobre pasivos mucho mayor que la media de los residentes en cada momento. Es verdad que tarde o temprano se produce una integración que igualan proporciones, pero es una espita que se puede utilizar en determinados momentos. Ahora se está haciendo lo contrario, es decir, por miedo a la demagogia del P. P., se está cayendo en el error de espantar e inhibir la inmigración por motivos electorales. Somos conscientes de los desaguisados que puede llevarnos un gobierno tardofranquista de los populares, pero la política sirve para cambiar las cosas y no para mantenerse en el poder a toda costa hasta desvirtuar los programas. Esto al menos desde la izquierda. Para la derecha sólo cuenta el poder, sea a través de las urnas o a través de las armas.

c) El tercer colchón en realidad se producirá mediante un acortamiento de los efectos nocivos sobre las futuras pensiones del aumento de pasivos sobre activos por otros aspectos generales: c1) tarde o temprano se producirá una igualación de la productividad de la economía española que permita conseguir un mayor excedente y, por tanto, un aumento de las posibilidades de financiación de los pasivos; c2) los negros vaticinios sobre el aumento de la esperanza de vida, ni son lo que se dicen, ni tampoco va aumentar indefinidamente. Lo primero porque es falso ese aumento, porque la esperanza de vida es la vida media de los españoles en cada momento y los aumentos reales de vida media se producirán sólo por mejoras sanitarias que permitan llegar a mayores a más personas; lo segundo, porque ya estamos cerca del límite de la esperanza de vida según los datos estadísticos en comparación con el resto de los países del mundo: estamos en la “champions league” clasificados. Falsedad sobre demagogia o demagogia sobre falsedad.

Una conclusión y una necesidad: fue un error el pacto de Toledo de los sindicatos y debe romperse. Carece de racionalidad económica que la financiación de las pensiones contributivas deba hacerse necesariamente y exclusivamente con las cotizaciones. Nada está escrito que deba hacerse así desde el punto de vista del crecimiento, desde el punto de vista de la redistribución de la riqueza o de la financiación de los componentes -o de alguno- del Estado de Bienestar. Tarde o temprano parte de las pensiones habrán de financiarse con los presupuestos del Estado, porque las pensiones son un pilar más del Estado de Bienestar, en pie de igualdad con la Sanidad, la Educación, el Desempleo y la Dependencia, componentes que no se financian con ninguna cotización, sino con el conjunto de los impuestos. Los sindicatos tienen una respuesta fácil al Gobierno de la Nación, a los autonómicos y al demagogo del Sr. Montoro del P. P.: igualémonos primero con Europa en los ingresos (impuestos) dedicados a financiar los diversos componentes del Estado de Bienestar por PIB y luego -dentro de varios lustros- hablamos de las pensiones. Así, sin complejos. Y si tienen dudas, que estudien o que lleguen a ministros estudiados (por el Sr. Corbacho).


Madrid, 29 de enero de 2010.

Peludo, hasta siempre

Peludo, hasta siempre

la luz es el optimismo de la razón

la luz es el optimismo de la razón

muros, ni para lamentaciones

muros, ni para lamentaciones

¿Por qué?

¿Por qué?

planchando la oreja

planchando la oreja

¿naturaleza muerta?

¿naturaleza muerta?

el mamífero perfecto

el mamífero perfecto